A estas alturas, los lectores de esta página lo vais a ver claro rápidamente.
De repente, todos los periódicos y TV coinciden en la gran contaminación que soportamos (¿qué pasa? que antes no era así: ¿ha cambiado algo?) y que hay que tomar medidas para atajarlo.
¿Solución?
Un nuevo impuesto, copiado de Londres, para gravar a los vehículos que entren en las grandes ciudades.
No te contarán que han dilapidado el dinero de la ciudadanía en obras faraónicas, no, ni te hablarán de los chemtrails que ellos mismos están soltando. La realidad es que están en bancarrota y tienen que sacarnos la sangre de alguna otra manera. (Por cierto, que dentro del PP español, se vuelven a intercambiar los papeles, malos (Ana Botella) y buenos (Gallardón) para ejecutar por enésima vez el juego Iluminati: «tú vas a decir blanco y yo digo negro, para que la gente se posicione».
Ya veréis lo que tardan en colocar el impuesto.
Seguid la cuestión, a partir de las noticias que los periodistas sin conciencia publican, haciendo el juego a los malos.
Una.
Otra.
Y por último, el último juego buenos/malos.