Llevaba cinco años esperando su momento.
Empecé a escribirlo en el 2004 como una diversión para salirme del tema conspiranoico que en aquella época alcanzó su máximo apogeo en mi vida y lo di casi por concluido en el 2006 (aunque he añadido un montón de cosas a lo largo de estos años).
Siempre me interesó el estudio del cortejo en la especie humana y a mi vocación de sociólogo y antropológo se unió, para qué nos vamos a engañar, la cantidad de horas que dediqué en mi época noctámbula a este menester.
Una vez que abandoné esa vida (por la investigación de la Conspiración, entre otras cosas, y mi vida espiritual) consideré que era el momento de analizar todo lo que había observado en tantos años y que me sirviera de referencia para diseccionar los problemas de comunicación entre hombres y mujeres en esta nueva época postfeminista. Con un objetivo, claro: sacar toda la mentira a flote para poder vivir el amor de nuestra vida.
Las dos primeras personas (hombres) que leyeron el libro les pareció una mierda. A la tercera (una mujer, Neus de La divina locura) le ha encantado.
La verdad es que, ahora que me conocéis más, es posible que lo entendáis mejor que si lo hubiera sacado hace 5 años porque no hay por donde pillarlo; es decir, es una mezcla de tantas cosas que puede que no sepas qué tipo de libro estás leyendo. Te vas a reír como un cosaco con un estereotipo que no corresponde contigo y al momento, te encuentras dentro de un espejo en el que tú mismo te vas a ver reflejado (y puede que te cabrees unos minutos). En realidad, no hay manera de encuadrarlo en ningún género (por eso digo que no hay por donde pillarlo).
En principio, lo escribí como una parodia de los libros de antropología con «El antropólogo inocente como inspiración» y, sobre todo, de los documentales de animales, contemplando al ser humano desde esa misma óptica. A partir de ahí, se cuelan anécdotas reales, vividas en carne propia o de amigos y conocidos, que describen un sinfín de estereotipos y comportamientos masculinos y femeninos en el arte de ligar a lo largo de las dos últimas décadas. Se describen los diferentes ambientes (discotecas, pubs, fiestas universitarias, fiestas de pueblo, bodas, la playa, la calle…) y tribus urbanas (punks, heavys, mods, rockers) lo que me sirve para ejemplificar como ha ido cambiando el asunto a la luz de las modas, las películas y las parejas famosas que nos han servido como modelos. (Por poner un ejemplo, en el ligue de verano cojo a la película «Grease» como referencia).
Por supuesto, con el toque sarcástico y crítico con la realidad que me caracteriza, lo que nos conduce hacia la sanación de las máscaras que nos hemos colocado durante décadas y nos lleva hacia donde llevará el Ligar sin ligar. Es decir, el ligue en la Era de Acuario, que es el capítulo con el que termina.
Ahí está, para vosotros, ya lo podéis comprar en bubok. Si alguna editorial se atreve a sacarlo al mercado se convertirá en un éxito sin precedentes.
Seguro que os vais a reír, y probablemente también, alguno, desearéis matarme… ¡Es tan real!
PD: Por supuesto, es una preparación para el Congreso del Amor del próximo 12 de marzo…
PD: La chicas de Bubok que me han atendido en el proceso de publicación han estado excepcionalmente simpáticas conmigo: ¡yo creo que se lo han leído!