De todos los papeles de Wikileaks, éste es, sin duda, el más importante.
Al mismo tiempo que ponía bombas en nombre de Al Qaeda en iglesias protestantes, trabajaba para el gobierno británico, cuyo jefe de estado es, también, jefe de la iglesia anglicana.
Cuesta creer que los medios no se den cuenta de que esta información coloca Al Qaeda en el sitio que nosotros llevamos denunciando hace más de una década: un invento.
Por supuesto, el diario El País elude publicar esta información.