(Me han pedido que escriba un texto sobre mi visión espiritual para el Congreso de la Red Ibérica de la Luz en el que intervendré el próximo domingo 12 de junio. Este es el resultado).
Mi camino espiritual y mi búsqueda de la Verdad han sido, en realidad, Uno. En realidad, no creo que haya más caminos: cualquier persona que tema a la Verdad, tanto externa (social, política) como interna (autoengaño) no puede tener el corazón puro y, por tanto, está dormida y no avanzará.
El mismo momento que marca el comienzo de mi carrera como «investigador de la gran Conspiración» (Africa, eclipse solar del verano de 1999), cuando me di cuenta de la inmensa Mentira en la que vivíamos, marca un antes y un después en mi vida espiritual. A partir de ahí, sintiendo el inequívoco mensaje «Todos Somos Uno» (que tantos habréis sentido) decido bucear en todas las tradiciones espirituales y religiones para ver qué tienen en común. Mi carrera como investigador de la Conspiración y mi camino espiritual van, pues, en paralelo. (En realidad, la búsqueda había nacido años antes pero en ese momento se intensifica).
Meses antes, Fernando Sánchez Dragó me había recomendado el I Ching y desde entonces, se convierte en mi amigo más fiel, hasta el punto de que el Tao se convierte en mi más cercana referencia y base para toda mi investigación sobre los Iluminati y las fuerzas oscuras.
Tres años después, descubro el calendario 13 lunas y las profecías mayas, integrando esta visión del Final de los Tiempos y, sobre todo, la vivencia de estos ciclos en mi propia vida a través del famoso sincronario. Tengo que decirlo con claridad: no habría aguantado esta larga espera para que la gente despertara sin estas dos herramientas.
Mientras iba descubriendo todos los temas que hoy son -casi- de dominio público, la claridad mental de Jiddu Krishnamurti me mostró los planos de la consciencia y de la mentira del Sistema, y los textos de Osho me ayudaron a decodificar donde estaban las mentiras del mundo espiritual (que yo mismo iba palpando).
Jalaudin Rumi me abrió las puertas del sufismo y del islam: me compré el Corán y lo leí dos veces, entré en numerosas mezquitas hasta que, después del viaje a Chipre, he integrado el «Allahu Akbar» en mi práctica espiritual diaria, que se compone de una tabla de yoga, otra de taichi, meditación y cantos de mantras. Una vez a la semana, mi clase de Aikido: las artes marciales son también, para mí, un camino espiritual, el del guerrero.
El yoga me acompaña desde 1995, cuando aprendí yo mismo mis primeras asanas y pranayamas por medio de un libro de Ramiro Calle. Pocos días he faltado desde entonces a esa cita matutina que mantiene mi mente fresca y nueva para abordar la actualidad del Planeta. La mayor parte de mis artículos son fruto de esa sesión matutina en la que las piezas se colocan solas en mi mente. Así fue como anticipé el 11-M y el 11-S: colocando la información política en el vacío de la mente generado por la sesión de meditación.
Conozco el camino rojo de los indígenas nativos americanos y las danzas concheras mejicanas, que practico desde hace ocho años. La conexión con la Tierra asociadas a estas tradiciones me ha proporcionado la estabilidad que esta batalla en la que me embarqué necesitaba.
En mi mesita de noche, junto al I Ching, se encuentra El Libro de Urantia, que me ha permitido volar hasta el corazón del Creador cuando he sentido miedo.
He leído los textos de los Bahaís, he entrado a templos sikhs y practicado el kundalini yoga, así como gran parte de las terapias de la Nueva Era, de las que he informado como periodista y he experimentado en carne propia. De todos los mensajes que corren por Internet sobre «Hermanos Mayores», los que más me han aportado han sido los de la Federación Galáctica y sigo teniendo una secreta confianza (por fe) en que aparecerán. Sobre su existencia, no tengo dudas: el libro «Extraterrestres: el secreto mejor guardado» es la prueba incontestable de que existe una conspiración política a cargo de la élite del Planeta para ocultarlos. Una conspiración que se remonta al inicio mismo de nuestra civilización.
Por lo demás, no distingo la vida espiritual de la material, me parece que están intrínsicamente unidas. De todos los hechos de su vida, el Jesucristo con el que más me identifico es aquel que sacó a los cambiadores de divisas del templo de su Padre, la sinagoga.
La motivación que más me ha impulsado es sin duda acabar con las fronteras en el Planeta. Después de recorrer casi 40 países y hacer amigos en todas partes, siento como una puñalada cada aduana y control de pasaporte: esa es sin duda otra clave para explicar las guerras. Me he marcado como meta hacer que desaparezcan las fronteras y que podamos circular libremente por el Planeta, sin pasaporte.
Una vez que tuve claro cuál era el origen de todos los problemas del Planeta (las mentiras que nos han contando y las verdades que nos han ocultado), la solución brotó casi sola dentro de mí.
Fue así como escribí los 13 puntos que componen la Alternativa Mundial Acuario, una solución para el Planeta. En pocas palabras, todo se resuelve aboliendo los Secretos de Estado que son los mecanismos para ocultarnos tecnologías energéticas, para la curación y el transporte que cambiarían nuestra forma de vida radicalmente, y al mismo tiempo, suprimiendo La Ley del Secreto que rige en nuestras sociedades saldrían a la luz las redes y grupos que están detrás del terrorismo, el tráfico de drogas y de niños con lo que el Mal quedaría desactivado. La adopción de un nuevo calendario armónico (como el 13 lunas), la derogación del dinero-deuda en pro de un dinero mundial emitido por una organización que sustituya a la ONU compuesta de hombres sabios y el establecimiento de una educación que promueva la consciencia serán las bases para que el esperado contacto con los Hermanos Mayores se produzca.
La Paz no es que sea un deseo sino el estado natural del Ser Humano pero esa Paz no se puede dar si no se abolen todas las leyes que coartan la Libertad individual del Ser Humano.
Es muy fácil abrirse a esta posibilidad una vez que uno conoce que los miedos e inseguridades que provocaron todas esa leyes (como los controles en los aeropuertos) fueron creados por las mismas personas que los han creado.
Por eso digo que la Verdad es el único camino. Si no conoces la Verdad, te parecerá que todo lo que cuento es una locura.
Por eso escribí y publiqué el diario El Jaque Mate.
