Pasad de la cuestión legal porque es aburridísima. Id a la parte «buena»; la que habla del supuesto delito de «abusos sexuales».
Decidme si esto no parece un juicio salido del cuento de «El traje nuevo del emperador».
El absurdo convertido en noticia. La locura convertida en ley. Leyendo la historia del «te echo tres polvos con tu complacencia, pero al cuarto, es violación, y sólo con tu testimonio me puedes llevar a la cárcel», entenderéis a la perfección por qué hay tantos hombres que hoy día optan por la homosexualidad. Realmente, es una solución inteligente.
Causualmente, en las últimas semanas me han relatado cinco casos de denuncias falsas dentro del ámbito de la pareja. El último de ellos es la de un inclasificable artista barcelonés que se ligó a una preciosa modelo con la que estuvo tres años. Al cabo de este tiempo, un buen día desapareció de la faz de la tierra: no cogía el teléfono ni contestaba a sus mensajes, sin que mediara discusión alguna.
Así hasta que se la encontró, dos semanas después, en un bar, morreándose con otro tío. El hombre se acercó a ella, COMPRENSIBLEMENTE ENOJADO, y le dijo: «´¿cómo eres tan hija de puta?», encarándose seguidamente con el amante, verbalmente. No hubo más.
A los pocos días, sin más comunicación y sin que hubiera habido más problemas graves durante la relación, le llegó una denuncia por «maltrato psicológico continuado» que ha acabado con una condena de tres años, desembocando el artista en una «terapia de maltratador», absolutamente delirante. Vamos, como la historia de Julian Assange. Contada por este tipo, la historia es graciosísima, razón por la cual, le entrevistaré la próxima vez que le vea.
PD: Ahora que lo pienso, voy a entrevistar a todos los hombres que quieran denunciar sus historias de denuncias falsas. Es la última conspiración que queda por aclarar, la que más cercana nos queda y en la que más podemos actuar. Hay muchos hombres inocentes actualmente en la cárcel. ¡Cooperemos todos en el desenmascaramiento de esta Mentira que tanto daño nos hace a todos (y a todas)!