De todas las crónicas que he leído, sólo aparece en la del diario El Mundo, en los dos últimos renglones. Como periodista que soy, da la impresión de que mi compañero ha conseguido «colar» este fundamental dato «de rondón» cuando, en realidad, el titular CORRECTO para esta noticia es el que yo he escrito, puesto que en periodismo la novedad es la característica a destacar en una noticia (no por casualidad, en inglés «noticia» se dice «new»). Lo realmente novedoso de esta noticia es que el asesino tenga un Facebook en el que aparezca vestido de masón y no que sea cristiano, pues cristianos hay más de mil millones de personas.
Estas son las palabras textuales del artículo. «Un agente de Scotland Yard ha viajado a Oslo para ayudar en la investigación, después de que Breivik revelase supuestos vínculos con una sociedad secreta en Londres.»
Bueno, la verdad es que no hay que ser muy listo para deducirlo, porque la foto vestido de masón, ¡aparece en su facebook! (como publiqué hace días y sólo Intereconomía se ha atrevido a reproducir, porque el resto de periódicos ¡han cortado la foto para que no se vea el mandil masónico! ¡Jajajaja!). El problema, el «pequeño» problema, es que Scotland Yard es un feudo inexpugnable de la masonería. Vamos, que si no eres masón no ascenderás más allá del primer escalón.
Por supuesto, puede pertenecer a otra sociedad secreta, además de la masonería, en este género de cosas no existe «la ley de incompatibilidades».
Nada, absolutamente nada de lo que leáis que no sea esta pista de la sociedad secreta es realmente relevante para desvelar las personas implicadas en este atentado y, sobre todo, quién fue la cabeza pensante y el verdadero objetivo del mismo. Lo demás son maniobras de distracción, incluido lo de la ultraderecha, por supuesto.