Hace ya mucho mucho tiempo vengo insistiendo que el periodismo y los medios de comunicación deberían ser enseñados en las escuelas. La razón es muy sencilla: la gente necesita herramientas para entender cómo le pueden manipular (y les manipulan).
Vosotros mismos, que leéis esta página y supuestamente estáis al cabo de la calle de lo que realmente ocurre, caéis a menudo en la trampa de la manipulación por no contar con unos conocimientos de cómo se redacta una noticia. Porque tiene unas reglas. Por eso hay una carrera de Periodismo. Por eso hay otra que se llama «Relaciones Públicas», que en realidad es «Propaganda». Son dos cosas muy muy parecidas, pero no son la misma. Y se pueden confundir fácilmente.
Una noticia la redacta un periodista. Con nombres y apellidos. La razón es sencilla: el periodista se responsabiliza de lo que cuenta, de lo que ha investigado, de los datos que ha recopilado y del sentido que ha dado a la colocación de los párrafos que proporciona un carácter final a la información.
Si la noticia no va firmada es porque ha sido un encargo, una orden de su jefe, y el periodista no se siente responsable de lo escrito, de manera que decide no firmarla, porque la ética periodística lo permite. No hay sujeto responsable. Es la empresa.
Jamás confiéis en una noticia, incluso en Internet, que no vaya firmada. No hay nadie detrás. Es un encargo, no una búsqueda de la Verdad.
Lo mismo con los vídeos. Podéis atenderlos porque resulten atractivos pero si no hay un responsable, como mucho, puede ser orientativo, pero no se le puede dar credibilidad.
REGLA FUNDAMENTAL DEL PERIODISMO (vale también para la TV): siempre, cada vez que escribas algo, y máxime si es una información que atañe a una persona o una empresa, DEBES LLAMAR A LA PERSONA IMPLICADA Y OFRECERLE LA POSIBILIDAD DE EXPLICARSE. Aunque no piense como tú.
Esta regla es tan inexcusable que, si en una noticia de este tipo, no escucháis o leéis la opinión o réplica del denunciado o implicado, podéis estar seguros que no se trata de una noticia sino de una campaña propagandística, un ataque organizado contra una persona o empresa por una causa determinada. (En Madrid, hay ahora mismo una campaña contra Triodos Bank, que por supuesto, no lleva firma).
La regla de oro del periodismo es CONTRASTAR LA INFORMACIÓN. Es decir, preguntar a unos y a otros implicados. A los que están de acuerdo con la información «dominante» (u oficial) y al minoritario.
El Periodismo es lo contrario del Pensamiento Único.
Ergo: si hubiera de verdad Periodismo, no habría prosperado el pensamiento único sobre el sida o el 11-S, por poneros dos ejemplos.
Otra regla para fiaros o no de la información es si se compone de informaciones que, a su vez, tengan un origen con nombre y apellidos o son de organizaciones. Las organizaciones tampoco son de fiar. Son entes sin alma. Instrumentos al servicio de intereses no humanos. Las personas con nombres y apellidos, con cara, que se expresan son, como en el caso del periodismo, de lo que te puedes fiar… o no. Quien tenga que decir algo, que dé la cara y hable abiertamente. Así sabrás si te puedes fiar o no.
De verdad, aplicad SIEMPRE estas normas para cuando leáis ataques en Internet o en los medios convencionales.
Desconfiad de aquellas informaciones que estén perfectamente polarizadas y en la que parezca claro quien es el malo. Llevan trampa.
