Su palacete de Pedralbes y los sueldos del servicio, se cargaban a cuenta de la empresa con la que se malversaban fondos públicos, y la infanta Cristina personalmente se gastaba 7.000 euros mensuales de la propia empresa Aizoon.
Ella misma es copropietaria y miembro del Consejo de Administración.
Si no va a la cárcel, estalla la Revolución.