Más de «Bajo el signo del escorpión».
Ochenta por ciento de la Comisión eran judíos. Todos los jefes eran judíos.
El Vice-Comisario del Pueblo para Asuntos Militares era Yefraim Shchklyansky que había llegado con el tercer tren de Suiza. Sus subordinados eran, entre otros, Yemelyan Yaroslavsky (en la realidad Minei Gubelman) y Semyon Nakhimson. Los siguientes eran
miembros del Concejo Militar: Arkadi Rosengoltz, Mikhail Lashevich, Robert Rimm, Joseph Unschlicht, D. Weinman, Moisei Lisovsky, Isaac Zelinsky, German Bitker, Moisei Rukhimovich, Bela Kun (en la realidad Aaron Kohn), Grigori Sokolnikov (en la realidad Brilliant) y Josef Khorovsky.
Algunos de los Comandantes del ejército eran: Vladimir Lazarevich, Naum Zorkin, Yona Yakir, Vadim Bukhman, Boris Feldman y Yevgeni Shilovsky.
Otros líderes judíos importantes en el Ejército Rojo eran: Ari Mirsky, Gavril Lindov- Leytezen, Boris Zul, Yevgeni Veger, Isaac Kiselstein, M. Volvovich, León Mekhlis (quién después fue un infame y sanguinario Chekista), Mikhail Rozen, Samuil Voskov, Moisei Kharitonov, Grigori Zinoviev (realmente Ovsei Radomyslsky), Yakov Vesnik, Adolfo Lide,
P. Kushner, Mikhail Steinman, M. Schneideman, Mikhail Landa, Boris Tal, Yan-Yakov Gamarnik, Josef Bik, Rosa Zemlyatchka (en realidad Rozalia Zalkind), Yan Lenzman, B. Goldberg, G. Zusmanovich.
Los Comandantes de División también eran judíos: Grigori Borzinsky, Sergei Sheideman, Blumenfeld, Mikhail Meier, Boris Freiman, Alejandro Yanovsky, Semion Turovsky, Andrei Rataisky, Alexander Sirotkin, Eduard Lepin, Samuil Medvedyevsky, Miron Polunov, Grigori Bozhinsky, David Gutman, Alexander Shirmakher, Yevgeni Koffel,
Boris Maistrakh, Ruvin Iztkovsky, Mark Belitsky, Leonid Berman, Konstantin Neiman, Nekhemia Feldman, L. Schnitman, León Gordman, Mikhail Sluvis, Yakov Davidovsky.
Sus ayudantes eran por supuesto, judíos: Yakov Schwarzman, Adolfo Reder, Moisei Akhmanov, Alejandro Grinstein, Kleitman, Abram Khasis, Semyon Nordstein, Alexander Richter, Lazar Aronstam, Vladimir Lichtenstadt, León Lemberg, Abram Vaiman, Josef Rosenblum, León Rubinstein, Yefim Rabinovich, Moris Belitsky, Isaak Grinberg, Isai
Goldsmidt y muchos más. (Molodaya Gvardiya, No. 11, 1990.)
El lector entenderá que es casi imposible nombrar a todos aquellos involucrados.
Estas listas sólo se conocieron en 1990. Las personas no tenían alguna idea de la situación real. Casi todos los jefes de los Campos de Concentración eran judíos. Los más infames de éstos eran: Naftali Frenkel, Matvei Berman, Aaron Soltz, Yakov Rappaport,
Lazar Kogan,. Según el investigador y publicista judío Arkadi Vaksberg, once de los doce jefes de Campos en el GULAG eran judíos. (Alejandro Vaksberg, «Lubyanka», Estocolmo, 1993.)
También fue Trotsky quien había decidido que los granjeros independiente
acomodados deberían aniquilarse y los otros transformados en obreros en kibbutzes o casas colectivas que en Rusia fueron llamadas kolkhozes. Stalin y Kaganovich llevaron a cabo esta acción en 1929.
Todo lo que pasó en Rusia bajo la cobertura de Comunismo en la realidad estaba conectada fuertemente con la religión de los judíos. Sus propios extremistas, en su vanidad han admitido esto.
El rabino Stephen Samuel Wise en Nueva York dijo: «Algunos lo llamaron
Comunismo, pero yo lo llamo Judaísmo.» (Curtis B. Dall, «The Military Order of the World Wars», The Army-Navy Club, Washington, 1973, p. 12.)
También se ha dicho que el Antiguo Testamento era el libro de texto del
Bolchevismo. En Génesis, capítulo 47, versos 13-26, se describe cómo Joseph se aprovechó de una hambruna hábilmente para esclavizar a los egipcios. Él había juntado grandes cantidades de grano (Gen. 41:29-57) para venderlo a los egipcios, en años de carestía, por ganado, tierra y su propia libertad.
Esta historia inevitablemente lleva a pensar cómo los campesinos rusos fueron esclavizados y forzados en los Kibbutzes por medio de una hambruna artificial en 1932-33.
También, según un Midrash judío (comentario de la Biblia), fue un acto piadoso de Joseph el obtener enormes ganancias, fueron hechas en el nombre del Faraón, para el enriquecimiento de su propia familia; esto fue excusado tácitamente por Yahvé en la orden en Éxodo 3:22: «¡Expoliarás a los egipcios!» (fuente: Robert Graves y Raphael
Patai, Mitos hebreos, «El libro de Génesis», Londres, 1964, Pág. 266-267.)
¿No fue verdad que los antiguos sueños de los extremistas judíos fueron
realizados cuando tomaron para sí el dinero, ganado, casas, religión y libertad personal de los gentiles? El pillaje se llamó oficialmente nacionalización de la propiedad privada.