Hace ya seis o siete años, mientras escribía el libro «El arte de ligar en la era de acuario» y analizaba los métodos de seducción del final de la era de piscis, se me presentó el tema de los celos. Los celos como arma para ligar y para «asegurarse» a la pareja. Ponerse a flirtear con un amigo/a para llamar la atención del deseado/a. E, incluso, ligarse o acostarse con el amigo del que de verdad se quiere.
¿Se puede llegar a semejante nivel de perfidia? ¿Se puede ser tan perverso como para hacer daño al amado para conseguirlo? ¿Por qué nadie reconoce que este fenómeno existe y no sólo hay personas celosas sino seres perversos que inducen los celos del «amado»? (Llamarle «amor» a eso, me parece… un locura, la verdad).
En el momento en el que le dediqué un capítulo a ese tema, me pareció una barbaridad y, de hecho, no conozco a ninguna mujer que me haya reconocido que haya jugado a ese juego.
Hoy, por fin, seis años después, me encuentro con un artículo en el que aparece una estadística demoledora. El 80% de los jóvenes utilizan los celos como arma para ligar. Histórico documento, sin duda.
Esto es el Final de estos Tiempos, amiguitos. Toda la Verdad iba a salir a la luz, ¿recordáis?
PD: El Arte de Ligar en la Era de Acuario, otro libro prohibido, por sólo 14 euritos escribiendo a periodico@rafapal.com
PD 2: Dentro de unos días, en esta misma web, demoledora entrevista con una ex terapeuta especializada en «Adicción al romance». ¡Preparaos!
