Es uno de los puntales de la guerra de sexos, del patriarcado y de la opresión de la mujer.
Cada año, desde hace veinte, mujeres y hombres son torturados con una estadística que pretende hacernos creer que los empresarios pagan menos a las mujeres por hacer el mismo trabajo. Muy inteligentemente, el autor argumenta que, si las mujeres hicieran el mismo trabajo que los hombres, por menor salario, ¡sólo contratarían a mujeres! (¡El capitalismo busca el máximo beneficio al menor coste!).
Por fin, un trabajo serio entierra este dogma de fe en el ataúd de Drácula (que es su verdadero origen). En pocas palabras, las estadísticas falsean la realidad al ocultar que hay menos mujeres en cargos directivos (por lo que en términos generales, cobran menos) debido a que prefieren el Amor (su familia) al Trabajo (la competitividad capitalista).
Alguien debería responder, ahora mismo, de la extensión de esta mentira durante décadas y el daño que a las relaciones hombre-mujer ha causado.
Estamos ante la prueba, ni más ni menos, de que la Guerra de Sexos es una Ingeniería Social por parte de las autoridades para destrozar el Amor Hombre-Mujer y potenciar la homosexualización.
