Este es el artículo que me han enviado, y que explicaría la anormal sexualidad de Jackson, así como el inusual tono de su voz, que prácticamente no cambió desde que estaba en los «Jackson Five».
El Dr. Alain Branchereau ha escrito un libro donde sostiene que Michael Jackson debió de haber sido castrado químicamente con la hormona Cyproterone.
La fascinación de Michael Jackson por los niños y por el mundo de “Neverland” podría tener que ver con que él mismo, químicamente, nunca dejo de ser un niño, según la teoría de un doctor francés.
“Cuando se murió, me di cuenta de que había un fenómeno inusual”, dijo el Dr. Alain Branchereau de la Universidad de Timine en Marsella. “Me dije ‘Esa es la voz de un castrado”’.
Después de discutir la voz con sus colegas, incluyendo endocrinólogos, Brancheareau llegó a la conclusión de una castración química a través de la hormona anti-masculina Cyproterone.“Cuando Michael Jackson tenía 12, tenía acne. Sabemos esto porque el mismo lo mencionó como una tragedia. Lo que creo que sucedió fue que su equipo le sugirió este tratamiento milagro”, dijo el doctor. El Cyptoterone bloquea la pubertad, hace que la voz no madure, detiene el crecimiento del pelo en el cuerpo y afecta los huesos haciendo que se tenga una confección delgada con un amplio pecho. El doctor, quien ha escrito un libro sobre “el secreto de la voz de Michael Jackson dice que ha leído más de 20 libros sobre el tema.
Arma su teoría también sobre el hecho de que Jackson nunca dejó de cantar durante la adolescencia, mientras que la mayoría de los adolescentes atraviesan etapas donde su voz se rompe. Aunque quizás el doctor olvida que la voz de Michael pudo haber sido procesada en postproducción.
“Una importante parte de mi teoría tiene que ver con la cualidad excepcional de su voz, que cubre tres octavas y nunca he encontrado la voz de un hombre adulto que cubra tres octavas”, dio Brancheareau quien también es un experto en opera». El doctor no mencionó nada sobre los efectos de estas hormonas sobre la sexualidad de Jackson.
