Si mal no recuerdo, fue en el año 2000 cuando Iñaki me contó que el hermano de Alicia, biólogo investigador, le había dicho que el sida no estaba provocado por un virus. La cara que se me quedó es la misma que se te quedó a ti cuando te lo contaron.
Me quedé tan ‘flasheado’ que no fue hasta el 2001, después del 11-S, cuando comencé todas estas investigaciones que me topé, de nuevo, con esta teoría y dije: «¿por qué no? Si nos mienten con Al Qaeda, pues TODO TIENE QUE SER MENTIRA!». Así que me puse a estudiar lo que encontré de Lluís Botinas, Roberto Giraldo y Alfredo Embid, que era lo único que había por entonces en castellano, e intenté publicar un artículo en el 2002 sobre el tema.
Fue un noble intento pero en realidad ya me temía que no lo podría publicar, pues, en el fondo, sabía perfectamente que la censura sobre el sida pertenecía a una censura mayor, a la Gran Mentira.
Obviamente, no me lo dejaron publicar pero, si comparo las reacciones al vídeo que puse el otro día con las que me encontraba en los foros de Internet (y en mi propia página) hace ya cinco años, la cosa ha cambiado una barbaridad.
Ya no hay enemigo al otro lado. Ya no hay nadie que cuestione lo que decimos. La batalla de los argumentos está ganada, por lo que esto acabará en goleada.
El vídeo que hoy os presento es un complemento perfecto al que puse el otro día, con la particularidad de que en éste hablan los propios enfermos que sobrevivieron a la enfermedad, comparando su proceso con el de sus propios amigos que murieron, y cuenta con una serie incontestable de intervenciones, con Alfredo Embid a la cabeza.
Como os digo, el vídeo es sumamente didáctico y hay una intervención de un médico convencional cuyos argumentos son rebatidos con limpieza y casi que con arte.
Con todos vosotros, «La ciencia del pánico». A pesar de lo peliagudo del tema, os va a encantar, ya veréis.
