El gran secreto del éxito de Almodóvar: la sionista familia Hachuel

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[Hoy, festividad de San Jordi, presentaré «La Conspiración del Movimiento Gay, en Barcelona. 20 horas, Calle Rocafort 39, Espai Nova Terra].

Sin duda alguna, el éxito de Pedro Almodóvar ejemplifica como ninguno el absurdo del tiempo que nos tocó vivir, en el que la fábula «El traje nuevo del Emperador» se hizo realidad. La mejor prueba de que hemos vivido en la hipnosis colectiva. Decir ‘Almodóvar’ es hablar del triunfo del márketing: de cómo vender la nadería más absoluta como si fuera el Séptimo Arte. De cómo el «miedo al qué dirán de mí» y, sobre todo, reconocer que te han timado después de pagar unos cuantos euros tras ver una película suya, hizo que se creara una burbuja alrededor de un farsante profesional al que, como mucho, se le debe reconocer una cierta habilidad para crear diálogos graciosos. A la altura de Torrente; en esa categoría debería tributar Almodóvar, compitiendo con Santiago Segura.

La Gran Pregunta que todos los despiertos os habréis hecho alguna vez será: ¿cómo es posible que un ¡telefonista de Telefónica! cuyas películas eran el hazmerreír del Madrid de primeros ochenta se haya convertido en un ser reverenciado en todo el Planeta? ¿Qué cúmulo de casualidades habrá propiciado que al autor de basuras infumables como «Pepi, Luci, Bom» o «Entretinieblas» se le abrieran las puertas del diario El País y le dedicara docenas de portadas sobre sus majaderías?
Bueno, pues la respuesta la he obtenido al conocer que, tras estrenar
«Entre tinieblas» (sobre lesbianismo en un convento), el judío argentino Hervé Hachuel, de la importantísima familia sionista, se acercó a Almodóvar para montarle la productora. Asi se armarían algunos de los «trajes del emperador» más flagrantes de la historia: «Kika», «Atame», «Tacones Lejanos» y tantas y tantas mierdas… Tratad de ver alguna hoy día, os desafío a que no aguantais más de 15 minutos.
Por ahí, empezamos a comprender la historia, porque los Hachuel son una de esas 600 Familias de las que habla Fulford, que dominan el Planeta, con negocios con el archimafioso March Rich, traficante de todo lo que se puede traficar (ilegal), además de amigo del mataelefantes Juan Carlos Bourbon.

Y, entonces, por fin, podemos entender lo que fue la cacareada Movida Madrileña: una inteligentísima operación de Guerra Psicológica para hundir a la juventud española. Tras inyectar cantidades ingentes de heroína en las calles a precios muy bajos, los Arquitectos del Instituto Tavistock se dedicaron a crear una «Cultura en democracia» para España, seleccionando a los artistas más maleables y con una personalidad más vulnerable como ídolos de las generaciones más jóvenes. Su común denominador es una personalidad narcisista y con nulo interés en la Justicia Social. 30 años después, casi todos esos ídolos han muerto jóvenes de la adicción a las drogas o han acabado en hospitales psiquiátricos. Selecciona unos periodistas sin criterio ni honestidad, envuélvelo en un halo de modernidad (Radio 3) y prohíbe que suenen en la radio los músicos con conciencia que pueden hacer que la gente despierte (el rock urbano: Topo, Barón Rojo, Leño, Asfalto. Curiosamente, sólo el Traidor por antonomasia de este movimiento triunfaría: Ramoncín). Ya lo tienes: la población preparada para aceptar que la barriga desnuda de Almodóvar es El Traje más Fabuloso que haya existido.

El País dictará que es lo moderno y lo «guay». Y lo guay es hacerse homosexual. De ello se ocupará «nuestro Almodóvar», que meterá en sus publirreportajes (disfrazados de películas) la Agenda homosexualizadora del Nuevo Orden Mundial: travestís, chaperos, violadores, transexuales y demás fauna pasarán a ser «lo moderno» porque es «transgresor». Hoy, contemplando 30 años después su éxito «Voy a ser mamá«, no hay duda de que Almodóvar es parte de la planificada Agenda del Nuevo Orden Mundial.

Warhol en Madrid, el año que se crea la Movida Madrileña, junto a A. Ruiz de la Prada y Pitita Ridruejo
Warhol en Madrid, el año que se crea la Movida Madrileña, junto a A. Ruiz de la Prada y Pitita Ridruejo

Me resulta muy curioso que el mismo año que Almodóvar saca esa canción es el que llega Warhol a Madrid, y se reúne en una fiesta con «los arquitectos de la Movida madrileña». ¿Queréis saber en qué casas se organizaban esas fiestas? ¡En la de los Hachuel… y los March! ¡Qué transgresores! ¡Las casas de los mayores millonarios (judíos) del país! ¡Y luego nos lo han vendido como un fénomeno contracultural, y estaba patrocinado por la oligarquía! Por cierto, fijaos en la crónica y retrato que publica el diario El Mundo de Andy Warhol: inexpresivo, robotizado, alelado: ¡el vivo retrato de una víctima de MK Ultra! (Y encima, le encantaba la imaginería católica).

Por detrás del éxito de Almodóvar (una fotocopia coloreada de Andy Warhol en versión cañí) siempre estará la Familia Hachuel, con conexiones sionistas en todos los países, que se ocuparán de elevar al «Emperador Desnudo» a la cumbre de los Oscar y demás memeces. El único valor que hoy día se le puede reconocer a Almodóvar para justificar su éxito es su homosexualidad reconocida. Ninguno más. La clave de su éxito; unas campañas de marketing extremadamente cuidadas (copias del ambiente de Warhol en Nueva York) que, entre otras cosas, creará una «troupe» a su alrededor, compuesta sobre todo de mujeres y que ayudará a crear, en el inconsciente femenino, que «Almodóvar entiende a las mujeres» cuando la realidad es que sus películas degradan la feminidad en dos sentidos.

1-Mostrando mujeres histéricas, maniacodepresivas, obsesas, estúpidas y, sobre todo, superficiales hasta vomitar. (Como la realidad imita a la ficción,  y más cuando tiene éxito, muchas mujeres han copiado esos arquetipos de mujeres almodovarianas).

2-Otorgando a los hombres travestidos, transexualizados y afeminados, en contraposición, el papel de héroes.

Evidentemente, como casi todo hombre homosexualizado, Almodóvar es un misógino que se rodea de mujeres para manipularlas y conseguir robarle a los hombres:  el objetivo, aún inconsciente, de todo hombre con fobia sexual a la mujer. Por dos razones: 1, porque compiten por el mismo «mercado», y 2, porque la mujer es ese «objeto» deseado pero que nunca podrán tener por la fobia que acumularon en un momento de su vida.

En el caso de Almodóvar, el problema debe venir, evidentemente, de su padre, del que jamás habla, o quizás, un tema de abusos en el colegio de curas en el que estudió, lo que explicaría su odio a la Iglesia. La película «La mala educación» narra este asunto, y está basado en hechos personales, aunque él negó que sufriera esos abusos. De cualquier forma, mirad el argumento de la película y opinad por vosotros mismos si Almodóvar se hizo homosexual tras sufrir abusos sexuales por parte de un cura.

PD: La productora de Almodóvar fue quien sacó a la fama a Alex de la Iglesia…