Paseando el otro día con mi amigo Jordi en Cadaqués, hablé con una anciana acerca de Dalí y Gala, que como es sabido, vivieron allí muchos años.
No eran de su agrado. Ni de la gente del pueblo.
Hablando con unos y otros, he buscado por Internet algún buen artículo sobre las locuras de Dalí y Gala.
Dalí fue traumatizado por su padre con las enfermedades venéreas a causa de la muerte de un hermano, lo que provocó una personalidad completamente patológica respecto al sexo. Y encontró en la bruja Gala, a la compañera perfecta, pues era una ninfómana, que usaba el sexo para absorber la energía de sus gigolós y sirvientees.
Tarotista, mediúm, satanista y vampira sexual, la vida sexual de la famosa pareja es todo un manual de lo que nos ha venido después. Egoísmo como forma de vida y la locura convertida en arte.
Al final de sus vidas, tanta locura emergió y, de acuerdo a la legislación existente hoy día, Dalí hubiera acabado en la cárcel por violencia de género (aunque la otra no se quedaba atrás)-
Leed el artículo porque tiene muchísima miga.
Ah, por cierto, el surrealismo es un hijo descarado del psicoanálisis freudiano, una manera de «sanar» las heridas en el inconsciente de esos pioneros.
Leeros el artículo porque vais a alucinar.