Que todos los que nos exponemos a contar la verdad sobre el poder oculto tenemos detrás a una legión de desacreditadores profesionales es algo que creo que todos los que lleváis un tiempo en este camino tenéis claro. El Poder sabe que somos su máximo problema y por eso, como es lógico, busca el mínimo pretexto para quitarnos de en medio.
Por eso, la ingenuidad del compañero chileno Salfate al darle tantas facilidades me parece tan preocupante.
Seguidamente podréis ver las declaraciones del propio Salfate a su canal televisivo, que ha convertido la detención en un reclamo más para ver su programa.
La verdad es que Salfate está bastante convincente y decodifica lo que hay detrás de su detención; por momentos parece que se atreve a convertir el escándalo en un alegato sobre el libre albedrío, que es lo que a mí me sugiere. Uno de los mayores absurdos del mundo en el que vivimos hoy día es que al ser humano se le niega el libre albedrío para decidir lo que hace con su cuerpo y permite que una entidad ajena le dicte lo que puede y no hacer.