La vi el otro día y, aparte de la sempiterna violencia de este tipo de películas, es profunda y real como la vida que nos toca vivir.
Una sociedad en la que está prohibido sentir, y el Estado persigue a los que se atrevan a tener sentimientos, por considerarlos individualistas y contrarios, por tanto, a la paz social. Os dará que pensar… y, tiene algunas escenas al final, que te tocan.