La mayor parte de los izquierdistas confunden el «Estado» y «lo Público». Cuando un libertario reclama la no injerencia del Estado en la Libertad personal, su mente programada interpreta que lo que no quieres es que el tren, las carreteras, el agua, las telecomunicaciones, los aeropuertos o la salud sean de propiedad pública.
Es preciso pues, aclarar conceptos: el Estado gestiona «lo público», es decir, lo común, lo de todos. Esa es su labor. El problema es que, por mor de la voluntad de «trabajar hacia la igualdad de todos» DESDE EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO, le hemos dejado la vía para que se entrometa en nuestra vida privada y nos diga cómo debemos organizarnos en pareja o con qué valores debemos educar a nuestros hijos.
Obviamente, no sólo la igualdad económica no se ve por ninguna parte en nuestras sociedades sino que una casta se rige por una Ley (literalmente) diferente al resto: sus delitos de generalizada corrupción prescriben y la Justicia los deja libres.
Como siempre, el gran cambiazo: utilizan la «igualdad» para adoctrinarnos en la guerra de sexos y la homosexualización mientras que la desigualdad ante la Ley se hace tan patente que casi ya, ni la ocultan…
«El Estado versus el ciudadano: Libertad» debería ser el objeto de los debates de todas las personas que queramos una regeneración de la sociedad, y allí las viejas ideologías deberán de dejar de tener peso e ir a lo concreto. Que cada uno se defina sobre el papel que quiere que el Estado tenga en su vida. Porque, eso sí, si le das al Estado una función sobre tu seguridad, es un cachito de tu Libertad a la que estás renunciado…
Por supuesto, deberemos replantear el papel de la Propaganda estatal como ingeniería del consentimiento para sus propias políticas.
Si es lícito, por ejemplo, que nos convenzan mediante una brutal campaña de que hay una organización terrorista masculina dedicada a masacrar mujeres para justificar así la implantación del «matrimonio homosexual».
Por supuesto, sin la tortura psicológica de la «violencia de género», que logró identificar el amor entre hombre y mujer con el Mal, la des-moralizada ciudadanía no hubiera agachado la cabeza ante esa involutiva propuesta…
PD: La des-moralización de una sociedad es la clave de la Guerra Psicológica o de 4ª Generación. Ver vídeo.