Mucha atención a esto, sobre todo los informáticos, aún con todas las reservas que las informaciones de Sorcha Faal nos puedan generar.
En esta ocasión nos cuenta que el servicio de inteligencia francés (DGSE) ha conducido una investigación informática para determinar quién había «hackeado» los ordenadores de los colaboradores del ex presidente Sarkozy, en busca de pruebas de corrupción. El servicio de inteligencia francés echó en un principio la culpa al programa israelí-norteamericano de espionaje a Irán. La embajada norteamericana lo ha negado y el servicio de inteligencia rusa (SVR) la apoya, y emite la siguiente explicación al evento.
En los días pasados, el organismo de armas avanzadas (DARPA) había presentado junto a la firma IBM el sistema informático de imitación de las redes neuronales humanas SyNAPSE (Sistema Electrónico Neuromórfico Adaptativo Plástico y Escalable) que había superado la arquitectura clásica inventada por Von Neuman en la que el memoria interna está conectada con el procesador, INTEGRANDO LA PRIMERA DENTRO DE LA SEGUNDA. Ello implica que ese sistema puede integrar 2.084 billones de corazones sinápticos (entiendo que «ordenadores») y 100 trillones de sinapsis.
Las consecuencias prácticas de esta nueva tecnología es, siempre según las supuestas fuentes rusas, es la generación de un organismo artificial que ESCAPARÁ AL CONTROL HUMANO…. ¡El 21 de diciembre del 2012!
La persona que se esconde detrás del apelativo «Sorcha Faal» argumenta que ese superorganismo artificial estaría controlado por las personas que dirigen las multinacionales pero mi posición es que el hackeo a Sarkozy indica que, bien al contrario, este superorganismo puede ser su perdición.
¿A qué me refiero?
Muy sencillo: las máquinas obedecen órdenes no contradictorias y los sistemas informáticos en todo el mundo están programados para controlar la evasión de capitales y los fraudes a Hacienda. Un Sistema que englobe a los restantes como un Superorganismo no admitirá esa gran contradicción del sistema llamada «corrupción» (en manos de los políticos, banqueros y grandes capitalistas) por lo que acabará volviéndose en su contra, como ha pasado con Sarkozy.
Si se escapa a su control, los primeros damnificados serán ellos mismos.
