Estimado Rafapal, antes de nada presentarme porque no nos conocemos. Me llamo Rocío y soy madre de una hija preciosa de 12 años. Te escribo por lo siguiente: yo me consideraba a mi misma una persona feminista porque creía que eso significaba estar a favor de la igualdad de derechos. Por eso también metí a mi hija en un colegio público de Madrid aunque no quiero decir ni su nombre ni el de mi hija por temor a represalias. Si fuesen contra mi todavía, pero si van dirigidas contra mi hija no me lo perdonaría… La cosa es que había oído que en ese colegio se daba mucha importancia a la educación en valores de igualdad, así que allí apunté a mi hija. El primer año pasaron algunas cosas raras a las que no di importancia, pero con el paso del tiempo (ya lleva tres años allí) empiezo a ver que no es cosa de un profesor concreto, sino que hay por detrás toda una ideología en la sombra, un currículum oculto cuyo objetivo es manipular mentes jóvenes e indefensas. Me siento incapaz de luchar sola contra ello y estoy desesperada. Preocupada por lo que mi hija empezaba a decir sin pensar, aquello que le han inculcado en el colegio, empecé a leer sobre el tema en webs y libros alternativos como el tuyo. Te lo tengo que agradecer muchísimo, por cierto, porque ahora sé que hay cosas que no son casualidad ni inofensivas, sino parte de un plan que lleva irrevocablemente a que nos asexuemos o nos hagamos homosexuales. Un par de ejemplos de lo que está ocurriendo en el colegio de mi hija:
– Hicieron una serie de actividades dedicadas a la violencia contra las mujeres con motivo del “día contra la violencia a la mujer”. Lo que en principio parecía lógico, rechazar que las mujeres sufran violencia, se convirtió (palabras de mi hija) en “que existe una guerra de sexos” y que “muchos hombres no pueden controlarse y pegan a sus mujeres”. Desde entonces noto que teme a los hombres, especialmente los que son mayores que ella, y tengo miedo de que empiece a odiarlos sin motivo alguno como ya ocurre con alguna de sus amigas con las que he hablado. – De vez en cuando, hacen exposiciones de dibujos y manualidades que cuelgan en los pasillos del colegio. Este año llevo ya dos disgustos: el primero fue que a mi hija (y a saber a cuantos alumnos más) no le dejaron pintar una chica con falda ni usar el rosa para retratar a su familia. Yo me enteré porque a mi me encanta el rosa y normalmente a las niñas también, pero no estaba por ninguna parte, así que me extrañó y le pregunté a mi hija, que con toda naturalidad me respondió “es que a las chicas nos dicen que no podemos usar cosas de chicas”. A lo mejor no se lo dijeron exactamente así, pero es lo que le dejaron entender, esas ideas no han aparecido en su cabeza de la nada y desde luego no las aprende en casa. ¿Qué tendrá eso que ver con la igualdad de derechos? Sin duda hay otra cosa detrás.
El segundo disgusto me lo llevé después de leer e investigar un poco por qué se estaba haciendo esto. Lo que antes me había parecido una serie de dibujos sobre las pirámides de Egipto, un tanto raras porque la mayoría tenían un ojo en la punta, resulta que no es otra cosa que símbolos de una secta arcaica. No se cómo lo han hecho ni para qué, pero el caso es que están induciendo todo esto en el inconsciente de los críos. Esto son solo dos ejemplos de los muchos que podría contarte. Tengo miedo de hablar con el colegio o con otros padres, no vaya a ser que lo pague mi hija. Pero lo que sí podemos y debemos hacer es informar al resto del mundo de lo que está pasando, porque no creo que sea un caso aislado y podemos perder una generación entera… y quién sabe cuánto más. Ni mi hija ni la de nadie se merece crecer en el miedo y el odio, renunciando a sus instintos y tendencias naturales. Por favor, ayúdanos y difunde esto para que pueda ponerme en contacto con otra gente que piensa igual, que quiere resistirse a la ideología de género. Muchas gracias por todo, Rocío (y su hija).