Cada vez que entro en una tienda donde ponen esa única canción que programa la radio, siento cómo la batería de mis neuronas se descarga hasta que, de repente, me llegan ideas como: «quizás, por qué no, con unos buenos cortauñas se pueden secuestrar unos aviones en Estados Unidos con la ayuda de unos amigos que sepan bastante de videojuegos -porque pilotar un avión es igual que jugar a un videojuego- y engañar a los radares del ejército, la CIA y la aviación civil, diciéndoles que son unos ejercicios militares. Y de esa manera, por qué no, se podría haber atacado el Pentágono y la ciudad de Nueva York«. Eso es lo que me pasa cuando escucho esas canciones que son la misma canción, hablando de las mismas cosas; accedo a un estado catatónico.
Seguidamente, Aldo Narejos explica cuántas canciones del Top 100 de Spotify, pertenecen a esa fórmula.
Más abajo, un reggaeman africano que cuenta las cosas que nunca escucharéis en los 40 principales.