En 1989, Woody Allen participó en una película con Scorsese y Coppola sobre Nueva York llamada así: «Historias de Nueva York». Su aportación es este cómico «Edipo reprimido» que os propongo veáis, primero, y después, leáis la decodificación psicoanalítica de su verdadero mensaje. La película está llena de detalles, como por ejemplo, la tienda «Kosher» (comida judía) que está a la salida de la casa de la bruja.
Después de verla (sólo dura media hora y es muy divertida), «entrad» en la noticia para conocer su descodificación. ¡Vais a alucinar!
El título «Edipo reprimido» no deja ningún lugar a dudas de que vamos a ver una más de las obsesiones freudianas de Woody Allen y, por si alguien tiene alguna duda, su sempiterna charla con el psicoanalista es el hilo conductor del relato. (Recordemos que el psicoanalista es el rabino de los judíos ateos).
En la primera escena, la madre de Woody ya le echa en cara haberse cambiado el apellido para ocultar su raíz judía (…Stein); algo que Woody hizo (Konisberg es su verdadero apellido). Mia Farrow (su mujer en aquella época) tiene tres hijos de otro matrimonio, al igual que sucedía cuando estaba con Allen. Así pues, ambos, de alguna manera, están interpretándose a sí mismos porque a la madre de Allen no le gusta Farrow y, como veremos, es por su condición de no judía.
La viejita madre de Allen representa el judaísmo como grupo, como secta, de la que él quiere escapar; por eso disfruta cuando le clavan las espadas en la divertida escena del mago que la saca al escenario. Por eso, también, disfruta más del sexo cuando desaparece, y hace que el detective deje de buscarla, porque se siente LIBRE.
El judío (Allen) se siente libre de dejar de ser judío pero al mismo tiempo, siente un enorme complejo de culpa por la desaparición de su madre, es decir, su tradición que le da seguridad. Todo judío ateo se debate en este mismo dilema: quiere ser libre pero no puede vivir sin su comunidad…
De hecho, cuando discute con Mia Farrow sobre su desaparición dice: «¡una vieja JUDÍA ha desaparecido en una caja!» (¡importante! se han comido lo de «Judía» en la traducción al español). Allen está proyectando la paranoia de la conspiración contra los judíos en este episodio: la han hecho desaparecer PORQUE ES JUDÍA. (Como en el holocausto, vaya).
De pronto, la madre de Woody Allen se transmuta y aparece en el cielo, y es capaz de ver todo lo que pasa, llegando a ayudar a la policía a resolver crímenes. La madre representa a Jehová y el Gran Hermano que todo lo vigila: el estado policial judío-sionista. «El Ojo que todo lo ve» es, por tanto, judío. Al verla, despiertos, por encima de los rascacielos de Nueva York, uno no tiene ninguna duda de quién manda en esa ciudad…
Pero al mismo tiempo, el judaísmo traumatiza a Woody Allen y no le deja ser feliz: hace que todo el mundo se ría de él. Todo el mundo opina sobre él (como judío), lo que representa el poder del judaísmo para desacreditar a una persona.
La madre (el judaísmo) se opone a su relación con Mia Farrow (cristiana) y le dice que no puede adoptar sus niños. De hecho, Allen jamás se casó con Mia Farrow ni convivió con ella, porque cada uno vivía en un apartamento, algo muy conocido.
Todavía más significativo es conocer que, por aquella época (1989), y de acuerdo a la declaración de Farrow (censurada en Internet), Allen estaba abusando sexualmente de los hijos adoptados de su compañera (y de uno en común), por lo que la recriminación de la madre de Allen también se puede entender como el complejo de culpa por lo que estaba haciendo. ¡Es el inconsciente de Woody el que está tratando de exorcizar sus demonios con este mediometraje!
Si necesitáis alguna prueba más: ¡La madre llega incluso a llamar «puta» (en yiddish) a Farrow! ¡Allen está con una puta-goyim!
Viendo que su madre (su conciencia judía) no le deja en paz, Allen decide consultar a una maga… judía (apellidada Marx) que representa la comunidad sionista, pues, después de hacer unos trucos new age, por fin acaba reconociendo que no es espiritual y que en realidad es un timo. Antes de salir de la casa de la maga (Y ATRAVESAR UNA TIENDA DE COMIDA KOSHER), se entiende que la no-maga judía (el sionismo) y él se han enamorado.
Seguidamente, Allen va a su casa, donde se encuentra una carta de Mia Farrow diciendo que no puede más y le deja. (En realidad, esa carta, obviamente, la ha escrito Allen para que su entonces pareja la leyera como si fuera suya, con lo que estaba diciéndole en ese año 1989 que le dejara… cosa que hizo en 1992, cuando se enteró de que estaba abusando sexualmente de sus hijos).
Acto seguido, Allen le dice a su madre que se ha enamorado de la no-maga (judía) y, de repente, la madre desaparece del cielo y reaparece en carne viva, santificando su unión con la maga judía, es decir, el sionismo.
Precisamente, el sionismo vendría a ayudar a Woody Allen con el juicio por abusos sexuales, consiguiendo quedar indemne (aunque perdería la custodia) e, incluso, ¡QUE TODOS LOS PAPELES DESAPAREZCAN DE INTERNET! ¿Conocéis alguna otra persona que haya conseguido borrar su historia previa de Internet? ¡Yo, no!
Con esto que os he contado, ved una película muy reveladora de Allen tras separarse de Farrow y pasar el juicio.
Se llama «Desmontando a harry«. A lo mejor, otro día os la decodifico.
Por cierto, ayer, después de «Edipo reprimido», me vi «Scoop», una película moderna de Woody Allen que cuenta ¡la versión conspiranoica de jack el Destripador, que apunta a la aristocracia inglesa!