Con la aprobación del «matrimonio redundante», Gran Bretaña está viviendo el mismo fenómeno de disolución de la derecha conservadora, que contempla con estupor cómo aquello en lo que ha creído era… una ilusión. Por supuesto, la imposición de la homosexualización lleva aparejada la disolución de la familia natural y que se proscriba, incluso, el amor entre padres e hijas. Según la ministra inglesa de «Igualdad», «los padres no debería decir a sus hijas que son muy guapas«.
La buena noticia es que, como en esta vida toda acción conlleva una reacción, la paranoia de la guerra de sexos ha avivado en Francia, precisamente, el movimiento opuesto: un grupo de mujeres francesas han creado el grupo «Antígonas» para defender la femineidad del amor hacia el hombre y no del odio. Por supuesto, los media no hablan de ellas.
Os traduzco el manifiesto que podéis ver seguidamente en vídeo.
«Somos las Antígonas, una unión de mujeres y no otro movimiento [prefabricado]. Hoy fuimos donde estaban las Femen e intentamos hablar con ellas, con sencillez. Desafortunadamente, un impresionante cordón policial estaba allí para impedirnos que pudiéramos hablar con ellas. Ahora voy a leer un pequeño texto que va dirigido a las Femen. Utilizaremos el único medio de expresión que nos dejan, que es Internet:
«Femen: vosotras afirmáis que la única forma de combatir es a través del feminismo, y nosotras os respondemos que es a través de la femineidad.
Femen: afirmáis que las mujeres se deben levantar medio desnudas, nosotras os respondemos que el respeto sólo se gana con la dignidad.
Femen: vosotras afirmáis que la religión es una alienación. Nosotras os respondemos que para muchas de nosotras es la vía de la libertad y de la auto-realización.
Femen: vosotras afirmáis que el machismo domina nuestra sociedad y por eso lucháis contra los hombres. NOSOTRAS AFIRMAMOS QUE SOLAMENTE CON LOS HOMBRES ES COMO NOS CONVERTIMOS EN MUJERES EN EL COMPLETO SENTIDO DE LA PALABRA.
Femen: vosotras demandáis la igualdad total entre los sexos; nosotras os respondemos que la complementariedad entre el hombre y la mujer es la fuente de riqueza de nuestra sociedad.
Femen: a vosotras os pagan para defender vuestras ideas. Nosotras os respondemos que la causa de las mujeres no tiene precio.
Femen, vosotras os afirmáis desde la violencia y la provocación; nosotras nos expresamos desde la calma y la determinación y citamos a Antígona.
‘No es mi naturaleza reunirme en torno a la violencia sino del amor’.
Sabíais que Tolstoi decía: «mujeres: tenéis en vuestras manos la salvación del mundo».
Así que, nosotras, las Antígonas, hemos decidido levantarnos porque la salvación de nuestro mundo no procederá de vuestras proclamas feministas sino de una sociedad que respeta a la mujer como un todo: amante, esposa, madre y militante de su propia causa.
Femen, habéis ocupado la televisión, la radio y la prensa. Hemos sido pacientes y hemos estado calladas. Pero vuestra degradante forma de actuar nos ha escandalizado y para ir al fondo de la cuestión, me conocéis. He estado con vosotras durante 7 semanas, intentando entenderos. Durante esa infiltración, lo he visto. Hoy, se ha terminado. Sólo quería visitaros y deciros algunas cosas porque no estamos asustadas de hablar. Pero sólo hemos encontrado un muro contra el que es imposible hablar. Así que ahora estoy mostrando mi verdadera cara. Me uno a las Antígonas porque ha llegado la hora de que dejéis de engañarnos. Cuando digo ‘nosotras’, me refiero a las mujeres. Mujeres ultrajadas. Ultrajadas por vuestros métodos degradantes, reduciendo a la mujer a meros objetos. Ultrajadas porque osáis apropiaros el monopolio de la representación de las mujeres. Por mi parte, más allá de mi rabia, al mismo tiempo me siento triste tanto por vuestra condición de militantes profesionales [pagadas] como por ser mercenarias extranjeras, lejos de vuestra patria. Pero sobre todo, me siento triste por las chicas francesas que conocí allí y que están siendo manipuladas por una ideología que ni siquiera comprenden. Tengo un montón de cosas que deciros pero rehusáis el diálogo. Estáis bloqueadas en una posición estéril. Vuestra violencia, que hemos experimentado una vez más hoy, impide cualquier tipo de intercambio constructivo e impide el debate. Femen: decís combatir por las mujeres pero en realidad lucháis en su contra. Observad a las mujeres verdaderas, paradas en frente de vosotras: dignas, elegantes y sonrientes. La instrumentalización de la mujer ha terminado. Es por eso que exigimos el retorno de Inna y Oksana a Ucrania [las mercenarias pagadas], la finalización de las subvenciones directas e indirectas a este movimiento y el final de la inmunidad de este movimiento que se autocalifican de ‘terroristas’ pero a las que la justicia de este país nunca ha detenido por sus acciones en este país«.