Como un reloj: tan sólo unas semanas después de que apareciera el príncipe saudita disidente (que hoy sale en ABC), han comenzado a organizarse manifestaciones en el país que guarda La Meca, pidiendo la liberación de los presos políticos.
El propio príncipe Jalid Bin Farhan aparece en Rusia Today cargando duramente contra el régimen de su propia familia, convirtiéndose en portavoz de toda una facción de descontentos. Lo veréis aquí hablar, en español, como un auténtico mandatario: ya le llaman «el Assange saudita». ¡Os va a gustar!
A todas luces, estas maniobras están perfectamente planificadas y tienen toda la pinta de que son el preludio para otra «primavera árabe» que acabará con la deposición del actual máxima mandatorio. Dado que (al menos, una parte) de los servicios secretos USA ya no siguen las órdenes de Obama, igual que «ayudaron» a generarse las revoluciones del año anterior, igualmente pueden hacer otras antisionistas… De hecho, las amenazas contra las embajadas USA de la semana pasada por parte de Al Qaeda bien podrían ser una respuesta al cambio de postura de los servicios secretos (las embajadas forman parte de esta red), por parte del propio gobierno saudita, que «se está oliendo» la conspiración.
Aunque pueda parecer un régimen fuerte, es preciso recordar que se han producido varios intentos de golpes de estado en los últimos años. Si tenemos en cuenta que Estados Unidos tiene varias bases en el país saudita (y recordamos el benéfico papel del ministro de defensa Hagen actualmente) no me parece de lo más difícil que triunfe un golpe de estado, conociendo la corrupción económica y moral de la élite de aquel país, y el hastío de una población, mayoritariamente joven, que ha viajado al extranjero y después tiene que volver… A la Edad Media. El príncipe afirma que «hay una oposición religiosa al régimen, otra secular, Y UNA MAYORÍA DE JÓVENES QUE QUIEREN OTRO RÉGIMEN NO ASOCIADAS A NINGUNA CORRIENTE POLÍTICA». ¡Exactamente igual que en España, con el 15-M!
Los chicos y chicas sauditas de treinta y tantos quieren una modernización del régimen y es bastante probable que acabe habiendo un relevo generacional (en forma de abdicación) como lo hubo en la vecina Qatar. Los beneficios para la Humanidad de un golpe en Arabia serían tremendos: acabaría Al Qaeda y llegaría la paz a Siria, Irak y Libia, nada menos. Por no hablar del fin de la guerra suní-chiíta e, incluso, un acercamiento al cristianismo: de alguna manera, la «limpieza» que está realizando el Papa Francisco en el Vaticano estará influyendo en el «Vaticano musulmán» que es La Meca, custodiada por la corruptísima familia Al-Saud.
Así pues, si se produce el golpe en Arabia Saudita podéis empezar a cantar «We are the champions» porque ya sólo quedará la monarquía británica y todo estará preparado para el Gran Cambio. (Caso aparte, Israel, claro; cuyo régimen terminará de una sencilla manera: exponiendo el mito del holocausto en todo el Planeta).
De momento, vamos a centrarnos en Arabia Saudita, y a dar ánimos a nuestros compadres y comadres árabes con esta bella y victoriosa canción.