Sin duda alguna, estamos viviendo el momento de la Gran Revelación, también conocido como «Apocalipsis». Mientras las señales en el cielo se mutiplican, el tema entre los temas: el manejo sobre nuestras mentes, sobre nuestra Libertad, por fin se convierte en un tema masivo.
La que (espero) sea la última hadita abducida por los satánicos, Miley Cyrus, se ha convertido en el detonante de esta apertura del tema MK Ultra a todos los públicos. Formidable la reacción de la blogosfera ante la evidencia de que es un juguete roto en manos de unos depravados, los mismos que han creado todo el fenómeno de los ídolos. Pero también los propios medios de comunicación oficiales se han dado cuenta y un día tras otro publican «noticias» sobre las últimas locuras de la esclava sexual MK Ultra Miley, dejando caer frases tan duras, tan tristes pero tan reales como «ahora soy la zorra que siempre quise ser».
Hábilmente, el periodista del diario El Mundo titula «el caos estratégico de Miley Cyrus» dejando caer que todo es una estrategia de marketing, pero el documental que ha producido (a la manera de «En la cama con Madonna») será todo un filón para los muchos buenos investigadores que estáis decodificando el fenómeno de las niñas-esclavas MK Ultra. Sólo aportaré tres detalles: la cantidad de veces que Miley saca la lengua libidinosamente, los ositos del final (símbolos de la pedofilia y de seguro, de lo que le ha tocado hacer) y la frase final: «Hay un movimiento y nosotros somos el ejército». Claro, ¿no?
Los movimientos y símbolos exhibidos por Miley se ajustan tan perfectamente al guión del Proyecto Monarca que, gracias a ellos, podemos descodificar no sólo a sus antecesoras como Britney Spears, Shakira o la mismísima Madonna, sino todo el fenómeno de las niñas-estrellas.
Evidentemente, en Hollywood (que no son tontos y conocen su trabajo) la deriva abiertamente satánica de la Disney (y de toda la industria) ha hecho que vean abiertamente para quién están trabajando. Sin embargo, sólo una actriz, hasta el momento, ha hablado claramente sobre el Proyecto MK Ultra y su influencia en el Templo de los Sueños (o de las pesadillas): se llama Roseanne Barr y la recordaréis porque fue la gordita de la graciosísima comedia del mismo nombre en los noventa (y de la que salió alguna otra niña-estrella, por cierto).
En esta entrevista de hace tres meses para Rusia Today (que debería ser traducida por su gran importancia) dice entre otras cosas que en las fiestas a las que acude en Hollywood las grandes estrellas le cogen por banda y le dicen al oído: «te felicito por atreverte a decir lo que estás diciendo». Más: «hay una cultura del miedo en Hollywood y hay una cultura MK Ultra. Por supuesto que hay autocensura pero sobre todo tienen miedo de que, si hablan, no volverán a trabajar nunca más. Por fortuna, yo hice mucho dinero con mi telecomedia y me puedo exponer a decir lo que digo».
El tema Iluminati está tan de moda hoy día en Estados Unidos, promocionado por algunos raperos, que hay quien aprovecha para abusar de niñas, prometiéndolas que se unirán a la satánica secta, a cambio de sexo (vídeo más abajo). Una prueba más de que no han sido los hombres (en general) los que han sometido a las mujeres a lo largo de la historia, sino Satanás y sus seguidores, hombres y mujeres: es un problema de satanismo, y nada más.
En el aluvión de informaciones-jaquemate que están apareciendo en estos últimos meses, me he encontrado con un vídeo-presentación del Pentágono (ministerio de defensa estadounidense) en el que un vendedor explica las enormes posibilidades que los componentes químicos incluidos en una vacuna tienen para modificar el comportamiento humano. En concreto, habla del fanatismo religioso.
Hace sólo diez años nos podría parecer increíble pero ahora ya, supongo que muchos estaréis preparados para verlo. Lamentablemente, también está en inglés.