A ver lo que tardan los astrónomos en inventarse una explicación.
No saben qué hacer. La teoría de que el sol es un cuerpo incandescente ha saltado en mil pedazos cuando el «cometa Ison» se ha paseado por delante de sus «narices», desapareciendo para volver a aparecer. Como el ave fénix.
Pero lo mejor de todo es que su momento de máximo acercamiento al Planeta Tierra en su órbita de regreso será… ¡el próximo 26 de diciembre!
Sin duda alguna, si este fenómeno hubiera ocurrido hace un año, hubiéramos tenido el cumplimiento de las profecías del final de estos tiempo y el comienzo de uno nuevo.
Las especulaciones sobre si realmente es un cometa o una nave tripulada (o un cuerpo celeste dirigido a distancia) pueblan la red y aseguran unas próximas ¡tres semanas! realmente excitantes… con la perspectiva del cambio del sistema monetario planetario que sería la materialización de ese profético momento. De hecho, lo que ha hecho Ison ha sido reaparecer… desde sus cenizas: ¡la misma metáfora del Ave Fénix que va a experimentar la civilización humana!
Para San Ambrosio, el ave Fénix muere consumida por el Sol, convertida en cenizas de las que renace, después de arder su cuerpo, como un pequeño animal sin miembros, un gusano muy blanco que crece y se aloja dentro de un huevo redondo, como si fuera una oruga que se vuelve mariposa, hasta que dejando de ser implume se transforma en un águila celeste que surca el firmamento estrellado. (Obtenido de la wikipedia).
En unas horas os contaré algo que puede tener bastante que ver con este evento.
