Por definición, una «pasión inconfesable» es un gusto que no encaja con tus creencias o tu ideología; algo que desencaja tu coherencia.
Cada vez que llego a una casa y me colocan a la cantante Carla Bruni, deseo que la última vez que me haya equivocado. Deseo encontrarme una mierda de música a tenor de mi desprecio por el mundo de las top models y, sobre todo, por una mujer que se ha podido casar con el demoníaco Nicolás Sarkozy.
Pero, de pronto, suena la música y Carla me desarma. Todos mis prejuicios contra ella saltan por los aires y me siento cautivado, desarmado.
Y, entonces, tengo que reconocerlo: me encanta (la cantante) Carla Bruni.
No entiendo cómo pudo estar tantos años subida a una pasarela con este talento para componer y cantar.
Para mí, esta chica es un enigma, con esta capacidad para crear belleza, ¿cómo pudo casarse con Sarkozy?
Liberaos de prejuicios y escuchadla. De verdad.