Aunque Alex Jones afirme que ya son 20 los altos ejecutivos de la banca muertos en extrañas circunstancias, hasta el momento sólo tenemos conocimiento fehaciente de 6. Pero los cargos que ocupaban son de suficiente importancia como para que, a estas alturas, los portavoces del Sistema, sus medios de comunicación, hubieran emitido un comunicado (perdón, una noticia) desmintiendo que esas muertes estén relacionadas.
Algo gordo está pasando. Algo muy gordo.
Hace un par de días, el reputado analista financiero Gerald Celente confirmaba que el mercado de divisas está manipulado («raped» es la palabra que utilizaba, es decir, «violado»).
Esto es, ni más ni menos, como afirmar que las economías de todos los países (que se basan en la estabilidad de su moneda) están siendo manipuladas por una cábala de personas. Que los problemas habidos últimamente en Argentina o Venezuela pero también con la deuda de países como España, Grecia, Portugal o Italia están siendo orquestados (porque, como recordaremos, el vídeo «The Wall Street Code» demostraba cómo los grandes bancos se adelantaban al mercado por medio de las telecomunicaciones y un software especial).
La bolsa está hackeada. La economía mundial es un timo. Y ya han determinado (de acuerdo a las informaciones de Tom Heneghan) cómo y quién lo realiza.
Las apuestas en torno al porqué de estas muertes son duales: o los han asesinado o se han suicidado. Si los han asesinado es porque sabían demasiado e iban a testificar. Si se han suicidado es porque se encontraban entre dos fuegos: si testificaban, la mafia bancaria los asesinaba y si no testificaban, irían a la cárcel. Ya ha aparecido que varios de ellos se conocían o colaboraban.
En cualquiera de los dos casos, estamos ante los prolegómenos de una noticia de dimensiones apocalípticas (reveladoras) puesto que los cargos de estas personas nos llevan a un personal altamente cualificado que son (eran) las personas que conocían cómo se estaba produciendo ese hackeo de la bolsa.
Dado que la información que manejaban era tan «sensible» (en el argot anglosajón), por encima de esas personas sólo hay tres niveles más. De arriba abajo: el Consejo de Administración de esos grandes bancos, el CEO (o presidente) y probablemente un director general o vicepresidente. El porqué no puede haber más es, lógicamente, porque no le vas a dejar saber a más personas que todo tu negocio es una mentira radical y que estás violando la regla número uno del mercado: el mayor robo de todos los tiempos. ¡Robar países enteros!
Es decir, que esas personas tenían información tan crucial como para llegar a incriminar a las cúpulas de los bancos.
Que los hayan matado u obligado a suicidarse sin que lleguen a declarar es una mala noticia porque entorpece el caso pero, al mismo tiempo, es prueba de que la cábala oscura es la serpiente que se está mordiendo la cola puesto que prescindir de una persona de ese nivel implica que van a tener que seleccionar a un sustituto para ese puesto ¡que sabe que a su antecesor lo han liquidado! ¡Y lo peor de todo es que la persona que asuma ese cargo sabe que la justicia sabe cómo están manipulando el mercado! Porque, obviamente, ni van a dejar de hacerlo ni tienen otra manera de manipular que no sea un software.
En otras palabras, una vez que, quien quiera que se lo haya contado a los jueces y fiscales conoce las herramientas cómo están manipulando la economía mundial es sólo cuestión de tiempo que se produzca el Golpe. El Golpe de los buenos, claro.
PD: Obviamente, en la lista de personas que saben cómo se está manipulando el mercado falta un elemento: los informáticos. Tanto Snowden como Falcani lo son. Con seguridad, no les cuentan para qué va a servir el software que les encargan, aunque hay unos cuantos de esos hackers de alto nivel que sí lo han comprendido. ¿Os acordáis de que hace unos años los hackers que eran detenidos, eran fichados por grandes empresas? ¡Para esto era!
PD 2: La página de Tom Heneghan está siendo atacada desde hace días, señal de que sus informaciones están haciendo mucho daño a la Cábala.