General, Opinión y Noticias Externas — 19 febrero, 2014 at 2:24 pm

La Ley de la Paradoja une a la Derecha y la Izquierda: averigüa cómo, leyendo este artículo

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Entre las muchas tribus aparentemente irreconciliables que visitan esta web, están las personas que no creen en la unión de la Humanidad, comúnmente conocidos como «racistas».
La razón por la que visitan esta página reside, como te podrás imaginar, en las informaciones que publico acerca de la conspiración sionista aunque, evidentemente también, mi creencia en la unión de la Humanidad les rechina.
Veréis: cuando hice un «reseteo» de mi disco duro en aquel viaje a Africa de 1999, admití que iba a escuchar a todo el mundo, en la creencia de que, aunque sea minúscula, todo el mundo tiene una parte de razón, una parte de verdad, aunque sus ideas no me gustaran. Eso fue lo que me permitió acceder a la verdad del holocausto que, como ya os he contado, estaba escondida en la puerta de los que durante años había considerado mis enemigos.
En estos años he llegado a tratar, bien personalmente o bien por mail, con algunas de esas personas que representan el «Mal» en esta sociedad y he podido mantener conversaciones relajadas sobre el polemiquísimo tema de la inmigración. Hace ya tiempo que me di cuenta de que los llamados «ultraderechistas» (paradójicamente, y como veréis, este artículo está lleno de paradojas) en realidad representan a los «indígenas» de la sociedad occidental, a los preservadores de la identidad y la cultura originarias europeas. ¡Por eso no quieren mezclarse!
Primera paradoja: la derecha son en realidad indigenistas y la izquierda… ¡está en contra de sus propios indígenas! ¡Aplauden a los indígenas mayas  o aymaras por preservar su tradición y persiguen a los indígenas de su propia cultura, señores izquierdistas!
Bien, el martes acudió a mi consulta de coaching una chica cubana con sangre mulata e, indagando en sus traumas y bloqueos, llegamos a la conclusión de que arrastraba el trauma de su bisabuela esclava negra.
Pero claro, ¡ella también tiene sangre blanca!: tiene la sangre del opresor y el oprimido.
Y entonces, caminando por la calle de vuelta a casa, ¡se me encendió la lucecita!
Sin saberlo, los «racistas» están previniendo sobre esa mezcla esquizofrénica del opresor y el oprimido, que es la alquimia que habéis tenido que hacer todas las personas que tenéis sangre mestiza: ¿con quién me identifico: con el opresor o con el oprimido? Un gran conflicto, sin duda, que podemos comparar con el que se produce cuando nace un niño fruto de la unión de padres de diferentes clases sociales. Con cual te identificas: ¿con el rico o con el pobre? ¡Porque tienes la sangre de los dos! ¡Tienes que asimilarlas y equilibrarlas!
[Justo cuando se me ocurrió esa idea, escucho un «¡Rafapal, sigue así!» y cuando levanto la vista al tipo que me saluda, me encuentro ¡un mulato rapero con pinta de cubano o dominicano! ¡Jajaja!]
Segunda paradoja: los antisonistas defienden lo mismo que sus antagonistas, los judíos. Es decir, que las razas no se deben mezclar. Interesante, ¿eh!
Tercera paradoja: los supuestos ateos de izquierdas son más cristianos que los supuestos cristianos de derechas porque sí están a favor de la unión de la Humanidad. ¡No me digáis que no es gracioso!
Dicho esto, hay que reconocer (porque la verdad hay que reconocerla aunque fastidie las creencias de uno) que existió un Plan Kalerghi para socavar la unidad cultural europea, promoviendo la inmigración y la mezcla de razas: justo lo que sucedió a finales del siglo pasado y comienzos del presente. Evidentemente, en una sociedad unida culturalmente hubiera sido mucho más difícil que los planes del Nuevo Orden Mundial y la ingeniería social de la guerra de sexos hubieran triunfado: sin ir más lejos, el lanzamiento de la Paranoia de la Violencia de Género comenzó en 1999, que fue cuando la llegada de inmigrantes se multiplicó exponencialmente. Esto es así, y es innegable: el 40% de las muertes dentro de la pareja que se producen en España ocurren en parejas de inmigrantes, donde el crimen pasional todavía seguía en boga (y, por qué, no, el cambio de rol de la mujer en una sociedad feminista, debió descentrar a los hombres venidos de otras culturas).
También es justo reconocer que la masiva llegada de inmigrantes hizo que los derechos laborales adquiridos por los trabajadores europeos se degradaran ante la competencia de otros trabajadores (¡todavía más necesitados!) que competían a la baja con los europeos… aunque también hay que reconocer que muchos desempeñaron -y desempeñan- oficios que nadie quería, entre otras cosas, porque la bajada de la natalidad fruto de las campañas pro aborto redujeron la población.
Cuarta paradoja: los partidos de la ultraderecha defienden al trabajador autóctono mejor que los partidos de izquierda (por eso han acabado votando a Le Pen los currantes franceses, obviamente).
En mis conversaciones con personas de lo que conocemos como «ultraderecha» he tratado de hacerles ver que ese discurso virulento contra las personas de otras razas no europeas es lo que les impide alcanzar unos mejores resultados electorales (visto que conocen a la perfección la verdad sobre el sionismo) y alguno me ha llegado a reconocer que ahora mismo el tema inmigratorio no es el fundamental y sí la corrupción. De hecho, ahora ha aparecido un partido llamado «Soluciona» con estos planteamientos… y el PP ha generado la «bandera falsa» llamada Vox para que esos votos no se vayan a los antisistema de derechas, los antisionistas, vaya, porque existen una izquierda sionista y una izquierda antisionista, y lo mismo en la derecha.
Dicho esto, tengo que reconocer que he fracasado a la hora de abrirles a una concepción humanista de la evolución ¡incluso mentándoles a Cristo, siendo algunos de ellos cristianos! (Nueva paradoja). A lo más que he llegado es a conseguir hacerles ver que, si quieren que las personas no tengan que dejar sus hogares de los países pobres para conseguir un mundo mejor ¡tendrán que contribuir, TAMBIÉN, a que cambien las estructuras financieras planetarias para que esos países también puedan progresar! (Es un avance, no me digáis que no).
Creo sinceramente que el obcecamiento de la derecha en algunos planteamientos también obedece a la paralela obcecación de la izquierda en otros, como en el tema de la política de género y la guerra de sexos planificada. Es decir, unos y otros se enrocan en sus posturas porque ven que el otro (su espejo) hace lo propio.
La quinta paradoja que os dejo por hoy es que los ateos están absolutamente manejados por el complejo de culpa (la paranoia de la política de género y el pecado original de haber nacido varón) mientras que los de derechas, cristianos, y que supuestamente deberían ser víctimas de ese complejo, ¡no lo tienen!
¿Conclusión?
Yo creo que es un bellísimo yin-yang: la derecha y la izquierda son una interrelación de las fuerzas que se necesitan y se complementan ¡y acaban defendiendo lo que debería defender su adversario! ¡No me digáis que no es hermoso!
¡Ah!, la unión de la Humanidad es un hecho sin marcha atrás, entre otras cosas, porque dentro de poco nos vamos a tener que plantear el racismo y la xenofobia… ¡dentro de un marco galáctico!
¿Quién se va a preocupar de las razas blancas, chinas o negras cuando tengamos que tratar con seres de otras galaxias?
Evidentemente, y aunque existiera ese Plan Kalerghi, esta unión de las razas terrícolas ha sido designado por el Creador para prepararnos para ese contacto con otros seres del espacio.
¿Más paradojas?
niña antitransLa izquierda que fue -supuestamente- pacifista y amorosa, hoy impulsa el odio y la guerra de sexos, mientras que la derecha -supuestamente belicista- defiende la paz entre hombre y mujer.
La izquierda, que fue siempre paladina de la Libertad, hoy defiende al Estado y la vigilancia del individuo, mientras que la Derecha, que siempre defendió el orden, ¡hoy se rebela contra el estado policial!
¡Todo está al revés! ¡Qué locura!