¿Verdad que si pronuncio la palabra «independencia» sientes que estoy hablando de «Libertad»?
¿Qué cuál es la razón?
Pues seguramente, la culpa la tenga la Declaración de Independencia americana (que fue una pretensión de libertad frente al Banco de Inglaterra) y los héroes solitarios de las películas del oeste y tantos filmes que nos muestran a seres vagando ¿libres? frente a un poder opresor.
Pero, ¿de verdad son palabras sinónimas «independencia» y «Libertad»?
Vayamos al significado: una persona «in-dependiente» es aquella que no depende de los demás y, por extensión, un pueblo «in-dependiente» es aquel que no depende del resto de pueblos sobre la tierra.
Ahora bien, ¿puede ser el Ser Humano realmente in-dependiente?
La respuesta a esa pregunta es que te preguntes si el Ser Humano es un ser social o a social, si vive como los elefantes, en manada, o como los tigres, en solitario.
El tigre sí es independiente pero los elefantes son sociales, es decir, son interdependientes.
El tigre es un ser solitario y el Ser Humano que ha hecho de la independencia un valor, también vive en solitario en pequeños habitáculos llamados «apartamentos».
¿Solución?
Desde que el Ser Humano convirtió la independencia en un valor, el Ser Humano está solo, luego la independencia es casi igual a la soledad.
El valor identificado con la independencia, es decir, la capacidad de autogestionarse económica y emocionalmente, sería la «autonomía».
Luego se puede traspasar estos conceptos al campo de la política y afirmar que la independencia es una mera ilusión pues el Ser Humano (y más ahora, en la época de la globalización), es, per sé, interdependiente.
Yendo incluso más lejos, la autonomía también sería una ilusión pues, en último término, somos moléculas que cooperamos dentro de un macroorganismo llamado «Planeta Tierra».