La orden de enseñar el holocausto desde el parvulario está generando un hastío en la sociedad israelí, que ya comienza a ver la manipulación que están sufriendo por medio de la constante repetición de ese supuesto hecho histórico.
La polémica ha estallado hace pocos días al publicarse los «selfies» (autofotografías divertidas) que sus jóvenes se hacen en los lugares emblemáticos de los supuestos campos de exterminio.
De alguna manera, los jóvenes israelíes comienzan a reírse de esa programación, lo cual ha generado conmoción entre los judíos, tanto de Israel como de Estados Unidos o de Francia.
Parece que, de tanto explotar ese supuesto sufrimiento, ya no hace efecto sobre los judíos de hoy en día; algo parecido a lo que les sucede a los drogadictos con su dosis de heroína.
