El Blog «Dani Pirata» publicó hace unas semanas una interesantísima muestra de declaraciones de la líder del movimiento gay y miembro de Podemos, Beatriz Gimeno, que nos pueden ayudar muchísimo a descubrir las incoherencias del movimiento gay, si las comparamos con lo dicho por el estupendo actor Fernando Tejero, a quien su amante (un culturista ex Míster España) sacó del armario por un asunto de dinero.
La primera gran incoherencia del movimiento gay es la dualidad «diferentes-iguales».
Todos los gays se dicen «iguales que los demás» pero en cambio hay algunos, como Fernando Tejero, que se enfada que se publique su homosexualidad.
«Yo no me considero ni distinto a nadie, ni diferente a nadie. Soy una persona con los mismos derechos de cualquier otra. Y nadie tiene por qué cuestionarse mi sexualidad». Si la homosexualidad es tan normal como la heterosexualidad, ¿por qué mantenerla en secreto? ¿Qué miedo hay de que se sepa que uno practica la homosexualidad?
Dado que todos nacemos de la unión entre un hombre y una mujer, nadie elige «ser heterosexual»,
Beatriz Gimeno admite claramente que el lesbianismo es una elección por cuestiones políticas (o, más bien, de odio). “Olvidar que en la mayor parte de los periodos históricos las mujeres, si hubieran podido elegir, hubieran escogido no mantener relaciones sexuales con los hombres, no vivir con ellos, no relacionarse con ellos, es olvidar algo fundamental en la historia de las mujeres (y de los hombres)” pero al mismo tiempo cree que la heterosexualidad es una imposición (“La heterosexualidad obligatoria es una herramienta del patriarcado para poner a las mujeres en una posición subordinada respecto a los hombres”) olvidando, evidentemente, el hecho mismo del nacimiento, de la creación de la vida, a través de la unión hombre-mujer.
Olvidando, como digo, que la heterosexualidad es el origen mismo de la vida, se atreve a afirmar que «¡se enseña!». “La heterosexualidad no sólo se enseña, sino que además, se hacen ímprobos esfuerzos para que la mayoría de las mujeres sientan que no tienen otra opción; la heterosexualidad está fuertemente inducida, y de ahí los múltiples mecanismos destinados a sustentarla, a enseñarla, a favorecerla, a castigar la disidencia, a presionar a las mujeres para que se hagan heterosexuales en definitiva: mecanismos psicológicos, sociales, económicos, políticos. Si la heterosexualidad fuese natural, o siquiera beneficiosa para las mujeres, no necesitaría de los enormemente complejos mecanismos que se emplean para mantenerlas dentro de ella.” ¡Toma ya! ¡Como si no supiera los ímprobos esfuerzos que se están realizando para ENSEÑAR A SER HOMOSEXUAL!
Fernando Tejero, el que no quiere que nadie «cuestione su sexualidad» admite implícitamente que ha elegido «ser homosexual» («estar homosexual sería más correcto») cuando dice «es que hay que respetar la decisión de cada uno. Yo nunca he ocultado lo que he sido y soy, lo que pasa es que siempre he sido muy reservado y cauto con mi vida privada, y cada uno es libre de decir, lo soy, o no lo soy. A mí me hubiera gustado, ya que ha sido así, haberlo dicho yo, no que alguien, por hacerse conocido, que lo haya sacado».