General, Opinión y Noticias Externas — 19 agosto, 2014 at 9:29 am

No deberías morirte sin caminar el Parque de Ordesa

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Ha sido una ilusión para mí desde hace décadas. En realidad, siempre que he subido una montaña, he tenido en mente que me estaba preparando para ir a los Pirineos.

Al final no fue al Valle de Arán, como teníamos pensado, sino al Parque de Ordesa, que nos recibió con una monumental tormenta la noche de nuestra llegada a Torla que… ¡estuvo a punto de que nos fuéramos!

Por fortuna, la cosa remitió al día siguiente, en el que entramos en el Parque y llegamos al «Circo Suaso» que, curiosamente, es la fotografía cuyo póster ¡he tenido encima de mi cama durante diez años! ¡Había llegado al lugar de mis sueños! ¡Ahora estaba yo dentro de mi propio sueño!

No os puedo describir lo bonito que es aquello, las fotos os pueden dar una idea y, sobre todo, el titular: hasta ahora, la Selva de Irati en Navarra era el lugar natural más bonito que había visto en nuestro país. Ahora coloco al Parque de Ordesa en el «top one».

Cada día fue un regalo, una aventura, acompañado ¡curiosamente! por Camilo Apolión, que es con quien comencé esta aventura investigativa de la conspiración en el año 2001 en un foro de internet y al que conocí físicamente cinco o seis años después, en una fiesta. Una buena parte de las fotos son suyas.

He venido tan contento con el viaje, que ya estoy planeando próximas escapadas a otros lugares de los Pirineos: ¡hay tanto que ver…! Porque las cascadas, los árboles, los cañones, las sendas, los animales (vimos marmotas, zorros y un gamo) y las excepcionales vistas son clamorosas pero los pueblos… Vestigios de una España ancestral que murió hace muy poquitas décadas: la de los carros tirados por bueyes y los establos dentro de las casas.

En fin, que este viaje a las cumbres me ha puesto en el camino para los acontecimientos que están a punto de suceder.

Como muchos sabréis, en la montaña la gente se reencuentra consigo misma y se comporta como realmente es: es decir, se habla con todo el mundo como si estuviéramos en un vídeoclip de aquel mítico «Viva la gente«.

Bueno, pues andábamos hablando (cuando el resuello lo permitía) sobre la «multocracia» en la que vivimos, que ha llegado hasta la montaña, y te pueden meter una multa de 300 euros si llevas el perro sin cadena y de 500, si te encuentran una navaja de siete centímetros ¡en tu propio coche! y se me ocurrió hacer una pequeña broma al primero que nos cruzáramos. Fue instantáneo. Nos encontramos en una porción del camino embarrada en la que, para no enlodarte, tenías que pisar por las piedras adecuadas y, obviamente, sólo podía pasar una persona: o el que subía o el que bajaba. Total, que bajaba un grupo de señores y señoras de lo más normal de la normalidad, de esas personas que jamás han hecho nada malo en su vida y evitan como sea meterse en problemas. Le digo a la primera señora que bajaba:

-Ten cuidado porque si pisas en esa piedra te ponen una multa de 150 euros y si pisas en esta otra, de 100.

No podía esperar su reacción. La señora me miró con la inocencia de un niño al que le dicen que hoy no habrá «teta» y me contestó con una desarmante ingenuidad.

-¿Y entonces dónde piso?

En ese momento, la señora me recordó a mi madre (que a veces «pica» cuando le hago bromas similares) y me hizo sentir mal por lo mal que se la sentía. Rápidamente le dije:

-No, mujer, es que veníamos bromeando sobre la cantidad de multas que te pueden meter en pleno bosque y…

Miré al resto del grupo que parece que no se habían enterado, tampoco, de la broma y allí que fueron pasando.

No fue hasta un rato después, cuando nos paramos a beber agua y sacar unas fotos cuando repasamos «la jugada» y mi amigo Camilo me dijo:

-Y al final, pisó el charco.

-¿Cómoooooo? ¿Lo dices en serio? (Yo había dejado de mirar en ese momento).

-Sí, macho, la señora no pisó las piedras y prefirió meter el pie en el barro.

Creo que hay pocos ejemplos que puedan significar mejor el estado de shock en el que vive la población, la «multocracia» ha conseguido convertir en sumisa a mucha gente y aceptar las prohibiciones más absurdas.

¡Cómo estaría la señora de condicionada, y shockeada, para que, aunque le dijera que era una broma, pisara en el barro ¡por si acaso!

Otro día os cuento mi conversación con un guardabosques por tirar la cáscara de una manzana al bosque.

De momento, disfrutad de las fotos y recordad: ¡tenéis que conocer Ordesa!

Como veréis, los gnomos han vuelto a hacer acto de aparición (es un programita que viene con el nuevo Sony Xperia…!! «Ar effect»).

PD: Pincha dos veces en la foto que te interese para verla en grande y luego vuelve con las flechitas… Las fotos no guardan ningún orden de fecha ni de lugares.