El primer día que volví a Madrid después de pasar un par de semanas en mi pueblo burgalés, me encontré con este anuncio que estáis viendo en el metro.
Mi primera reacción fue un «coño, qué lugar más raro para quedarse dormida», y acto seguido (pocos segundos después) lo vi.
Fijaos en la imagen. Es una mujer que está tan cansada que se queda dormida en la rama de un árbol. Lo normal, vaya. Colgada.
Ahora reparad en la rama del árbol.
¿Qué forma tiene?
¿Verdad que una rama de un árbol es dura? Tan dura como para sostener a la mujer entre sus piernas…
¡Perdón! ¿Qué he dicho?
¿He dicho que la rama del árbol es dura y se mete entre las piernas de la mujer que, para más inri, está «cansada de estar cansada»?
A ver, amiguitos: ¿os tengo que recomendar la lectura de las obras completas del señor Sigmund Freud o ya lo estáis viendo?
La mujer está «cansada de estar cansada» y se duerme con un artefacto duro como un leño entre las piernas: ¿con qué está soñando la mujer en realidad? ¿qué están comprando en realidad las mujeres que adquieran el producto «Floralix» para remediar el cansancio?
Las personas con gran sensibilidad, particularmente feministas, por favor, que no sigan leyendo el artículo.
Pues sí, lo que en realidad estarán comprando esas mujeres es el señor cipote que les falta, aquel con el que sueñan, aquel con el que les gustaría quedarse dormiditas entre las piernas.
No queda mucho lugar para el error; todo el que haya trabajado en publicidad (como es mi caso) sabe que es del todo punto imposible que el equipo de publicistas que han realizado la campaña, con un INGENTE PRESUPUESTO, hayan contratado un fotógrafo, una maquilladora, un estilista, un estudio, una modelo y demás para hacer esta fotografía «de casualidad». Está perfectamente pensado y, de hecho, la imagen tiene muchísima fuerza, tirón, vaya, aunque es tremendamente perversa, también.
Por otro lado, también me parece reseñable que la mujer se «haya quedado ‘colgada’ de un objeto claramente fálico»: la imagen también puede referirse de una manera muy subliminal a las mujeres que salen de una separación amorosa, aunque admito que esta última explicación es más discutible.
PD. Señores lectores de la web Rafapal: estaría muy feo que hicieran guardia delante del herbolario más cercano a su casa para buscar amante de entre las mujeres que vean salir con el producto «Floralix» entre las manos. La información que les acabo de dar es de uso únicamente científico y no me responsabilizo de ninguna manera del hipotético fracaso de su estrategia.
PD 2: En el castellano coloquial de España, utilizamos la expresión «quedarse colgado» para referirnos a alguien que no ha superado una separación amorosa, «quedándose colgado de su ‘ex».