En las últimas semanas habéis leído que Gerard Depardieu, John Cusack, Lady Gaga, Kesha y un componente de Menudo confesaban abiertamente los abusos sexuales y la prostitución dentro de la industria del espectáculo.
Ante vuestros ojos estáis viendo cómo el templo babilónico de los ídolos de barro está desmorándonse por completo, perdiendo así su poder para sugestionar a la masa (que se basa en esos ídolos, precisamente).
Mi opinión es que la evidente pérdida de poder económico de Hollywood (la debacle que os vengo contando hace tiempo) está haciendo que los «naipes» que sostenían esa pirámide, dejen de apoyarla.
Seguidamente vais a poder contemplar varias horas de declaraciones de «insiders» en Hollywood (periodistas, mayormente, pero también alguna madame de burdel, prostitutas, «conseguidores» y hasta un cantante) que desvelan una parte de los trapos sucios de «Tinseltown».
Evidentemente, no llegan tan lejos como mi libro pero hay segmentos realmente interesantes, como cuando hablan de los «arregladores de problemas» al servicio de las estrellas, que fueron parodiados en Pulp Fiction con el personaje interpretado por Harvey Keitel, y que pueden explicar muchas muertes, comenzando por la Kurt Cobain (su esposa, Courtney Love, demostró que no tenía impedimento moral en contratar a un asesino, como vimos el otro día).
Orgías que alcanzan cotas de depravación, drogas a gogó y falsedad a raudales hace que esta serie de vídeos marquen una cota en el camino: el «respeto» que tenían los ídolos cinematográficos se ha terminado cuando un reportaje tan duro como éste se emite en la TV.
¡Lástima de las «cortinillas musicales» que marean al espectador y a veces dificultan la escucha!