Una de las (muchas) cosas alucinantes que están sucediendo en el Planeta hoy día es que una buena porción de las personas de derechas han abjurado del liberalismo por considerarlo contrario a la libertad del Ser Humano y han abrazo las tesis libertarias, contrarias al Estado, y conocidas como «anarcocapitalismo».
De esta manera, el círculo se cierra de una forma cuasi milagrosa y la derecha radical (que va a la raíz del problema) se encuentra con la izquierda radical (la que también va a la raíz del problema) para encontrar al enemigo de la Humanidad: el Estado como origen de las guerras, el hambre y el enfrentamiento entre los seres humanos.
Hace meses conocisteis al intelectual economista español, el irrepetible Huerta del Soto, cuando explicaba el sistema actual de creación del dinero.
En esta nueva charla que os propongo de él (recientísima) explica los motivos por los que abjuró del liberalismo y se ha pasado a las tesis libertarias de Ron Paul y la escuela de economistas austríacos.
Para los que os hayáis formado con los conceptos izquierdistas, os chocará su insistencia en la bondad de la propiedad privada (llega a proponer que sean los vecinos de una calle quienes regulen si permiten o no la venta ambulante) pero si miráis más allá de la terminología, repararéis en que, en realidad, está a paso de las tesis anarquistas y asamblearias, por ejemplo, de Félix Rodrigo Mora, en el sentido de que han de ser las pequeñas comunidades quienes se autorregulen.
Dicho esto, hay cosas en las que no coincido, como en la preponderancia que da a la competitividad por encima de la noción de cooperación y el Bien Común, pero sin duda hay que escuchar a este hombre porque, primero, ejemplifica una corriente dentro de la antigua «derecha» que está tomando mucho auge (y vista la descomposición del PP en España, más que tendrá) y segundo porque el propio personaje Huerta de Soto está llamado a tener un protagonismo en un plazo cercano, bien sea por su influencia en futuros líderes o él mismo (aunque rechaza entrar en político).
Aparte de todo, el tío es muy «salao» y eso, en un tema tan denso como la economía y la política, se agradece.