Este es uno de los axiomas del evangelio de este controvertido señor pero nadie, que yo sepa, ha sido capaz de explicar hasta la fecha el porqué se declaró «Hijo de Dios» y qué tuvo que ver esto con su ejecución por parte del Gran Sanedrín.
La respuesta es relativamente sencilla de entender: al declararse «Hijo de Dios», Jesús de Nazaret se declaraba regido por la Ley Natural, también conocida como «Ley Divina», cuyo máximo precepto es que nadie es culpable si no ha cometido un daño a un tercero.
Dado que era conocido en toda la región por su carácter bondadoso y sus buenas obras, la declaración de este señor colocó al Gran Sanedrín (los sionistas) ante una encrucijada:
-Por un lado, les estaba diciendo que ellos no representaban al Dios verdadero.
-Por otro, les decía que no tenían jurisdicción sobre él porque no había hecho mal a nadie y, si lo detuvieran o le hicieran algún mal, estarían incumpliendo la Ley Natural, evidenciando, al mismo tiempo, que servían al Demonio (hay que recordar que hasta ese momento, los judíos pensaban que los rabinos representaban a «dios»).
Evidentemente, todo esto sucede después de que entra en el Templo de Dios reconvertido en Banco Central y la emprendiera a latigazos con las mesas de los especuladores del dinero (los Goldman & Sachs de la época): de manera que si no le hacían nada, hubieran dado legitimidad a su acción y si le condenaban… evidenciaban, como he explicado más arriba, que estaban al servicio del Mal (la manipulación del dinero-deuda).
Pero no sólo eso; con su declaración y posterior sacrificio, Jesucristo estaba enseñando a los seres humanos de futuras generaciones cuál era el camino de su Libertad: acogerse a la Ley Natural y declarar que si no has hecho mal a nadie, nadie tiene derecho a detenerte.
Esa es la explicación de su legendaria frase: «Yo soy el camino».
No estaba hablando de metáforas espirituales para el otro mundo, como nos ha hecho creer la iglesia; estaba hablando de la Libertad Real, en la Tierra.
PD: Si queríais una clave para reclamar el derecho a la Energía Libre… Jesucristo nos la donó hace 2000 años.