Chicos: la canción «Illuminati» del nuevo álbum de Madonna es sólo la punta del iceberg.
Como dejé entrever el otro día en mi comentario sobre la letra de la canción, la artista italonorteamericana ha roto la baraja y ha expuesto, por completo, a la industria discográfica.
Ya nada volverá a ser lo mismo en la industria MK Ultra después de este disco, por la sencilla razón de que «las hijas de Madonna» (Britney, Shakira, Aguilera) y las «nietas» (Miley, Gaga, Perry, Kesha, Rihanna) verán estas canciones y se sentirán aludidas.
Si afirmo esto con tanta rotundidad es porque acabo de escuchar el resto de las canciones de ese disco. Y no tienen desperdicio. Los títulos, y las letras (a poco que leas entre líneas).
«Bitch I’m Madonna» parece una clara parodia de la canción de Britney Spears «Trabajando como una puta», con la particularidad de que Madonna se presenta a sí misma como una prostituta, entre las melodías repetitivas de este «estilo musical», que bien parece una mofa de la propia Miley Cyrus. Encima se hace acompañar de la rapera MK Ultra Nicky Minaj, con lo que lo deja todavía más clara su intención de burlarse de estas repetitivas canciones que incitan al satanismo.
A pesar de su título, «La ciudad de fantasmas» (Ghost town) es romántica y positiva, como una especie de renacer, al igual que «Viviendo para el amor» (Living for love) que parece un reconocimiento de sus errores y una vuelta hacia Dios y el amor. Hacía tiempo que Madonna no hacía una canción tan bonita y positiva como esta.
Sin duda, la más polémica de estas canciones es la titulada «Plegaria al demonio» cuyo título inducirá a muchos a pensar que Madonna sigue siendo satánica. A mi modo de ver, la letra es pura ironía, pues, a poco que la analices te darás cuenta de que, en realidad, está exponiendo lo que tuvo que hacer para llegar al éxito (drogas, alcohol, pegamento, ácido) y a dónde le llevó: «casi me ahogué/ para siempre perdida sin camino de regreso a casa/ podemos correr, nos podemos esconder pero no podemos encontrar las respuestas si pides ayuda. Pero si quieres salvar tu alma, entonces podemos viajar juntos y hacer la ‘oración al diablo». Sí, comprendo que este último verso nos lleva a la interpretación inversa a la que propongo, pero mira como sigue: «Virgen María: ¿puedes ayudarme? porque me he extraviado. Todos los ángeles que me rodeaban han volado». Y mucha atención a lo que sigue. «El suelo por debajo de mí se está calentando» (alusión al infierno, evidentemente). «Lucifer está cerca, esperando, pero yo me estoy volviendo más débil, mira como desaparezco». Y atención a cómo termina.
«Canta Aleluyah. Salva mi alma. El diablo estuvo aquí para engañarme. Hasta que decidí contar mi historia».
Demoledor. Madonna ha despertado al ver lo que han hecho con sus «hijas» y «nietas» (Britney, Shakira, Rihanna, Miley, Gaga, Kesha, Perry, etc) y se ha jugado el todo por el todo para acabar con la industria MK Ultra y denunciar la conspiración satánica de la que ella misma ha sido parte. Ella ya sabe que su carrera como sex symbol está acabada porque estas chicas son más jóvenes pero todavía tiene una influencia sobre ellas y ha decidido utilizar su prestigio para que, a su vez, despierten.
Como digo, después de este disco nada volverá a ser lo mismo en esta industria, con esta auténtica recapitulación de Madonna, la artista con nombre de Virgen que volvió a Dios después de una etapa siguiendo los dictados del demonio.
Algo grandísimo acaba de ocurrir. Un auténtico milagro.
Mucha atención a los vídeos que acompañen a estas canciones y a las entrevistas que conceda a raíz de su lanzamiento.