En el informe de ayer mismo, Benjamin Fulford destacaba el durísimo editorial del New York Times exhortando a la detención de Bush Jr y Dick Cheney por las torturas en Guantánamo (ver noticia en esta misma web hace dos días).
Bueno, ayer mismo George Bush Padre ha sido ingresado en un hospital, aquejado de «problemas respiratorios». No parece descabellado asociar ambos sucesos y, sin haber hecho un curso de biodescodificación, parece claro que Bush Padre se ha quedado «sin respiración». Sin aliento.
Buena señal porque este sanguinario vampiro es uno de los que todavía lideran el bloqueo de los fondos para liberar a la Humanidad.
Así lo consigna el propio Fulford en su último informe, en el que incluye la declaración de uno de los testaferros de los fondos de prosperidad, Michael Cotrell, aliado de los míticos Leo Wanta y Christopher Story. Una vez más, los fondos se han transferido a una cuenta (de Wells Fargo) pero el Tesoro USA le niega el acceso a ellos. [Por cierto, que Wells Fargo, el banco de Warren Buffet, ha aumentado su capitalización en los últimos meses sorprendentemente, y todo el mundo apunta a que es desde ahí desde donde se van a liberar los fondos de la libertad humana].
Por lo demás, en el último informe Fulford se cuentan cosas que ya os he relatado, como lo del hackeo de Sony y el vídeo de Neil Keennan con el supuesto oro, así como lo de las redes pedófilas en el parlamento británico. Lo más importante es que cita los nombres de las dos personas que están paralizando esas detenciones (el jefe del gabinete de Cameron, Heywood, y el antiguo jefe del MI6, ahora en Morgan Stanley, John Scarlett).
Fulford vuelve a asegurar que tanto Arabia Saudita como Japón van a liberarse de la cábala aunque todavía no vemos prueba alguna de ello.
También está convencido de que la jefa del FMI, Lagarde, ha dado un ultimátum a Obama hasta este mes de enero para que levante el veto al nuevo sistema monetario.
Veremos…
PD. Indudablemente, la hospitalización de Bush padre habrá sido un duro golpe para los propios cabalistas, que lo habrán interpretado como una señal de debilidad de los conspiradores. Si tu jefe se va al hospital en unos momentos tan críticos como éstos, ¿qué confianza vas a tener tú en que estás del lado de los «vencedores»?