«Los bonos soberanos no habían dado tan poco rendimiento desde la peste negra»: este comentario que he leído en el diario inglés The Telegraph y que he refrendado en otra web, ha saltado mis alarmas.
¿Qué tendrá que ver la deuda soberana con aquella brutal epidemia que casi acaba con la población europea?; todavía más, ¿quién lleva la cuenta de la valía de la deuda soberana desde entonces? ¿Qué grupo social o político tiene constancia contable de esas cifras y puede asegurar que ello es así?
Sólo se me ocurre uno, sinceramente; aquel que lleva capitalizando la banca desde la creación de la usura, y que quedó retratado en la obra de Shakespeare «El mercader de Venecia», basada en relatos de 1378…
¿Cuándo sucedió la peste negra?
A mediados del siglo XIV, concretamente, entre 1347 y 1352.
Por esas casualidades del destino, en estos días he estado viendo una interesante serie sobre la familia Médici: ya sabéis, esa aristocracia florentina conocida porque «inventó» el Renacimiento al promocionar a Brunelleschi, Miguel Angel, etc. El asunto es que, como veréis en el vídeo que os recomiendo más abajo, Los Médici hicieron fortuna en el sector textil en ese siglo XIV, reprimiendo a los pequeños comerciantes e implantando, bajo el reinado del terror, lo que podemos calificar como las primeras «multinacionales». En ese siglo XIV implantaron una banca a lo largo de Europa, en el sentido moderno, y de ahí, llegaron a colocar a varios de los miembros de su familia, como papas.
¿A dónde quiero llegar?
Me parece que aquella peste fue en realidad un ataque biológico en toda la regla, combinado con una política usurera por parte de los hijos de Yahvé, cuyo fin último fue la claudicación del pueblo europeo para que aceptaran algo así como el «coeficiente de caja actual»; es decir, el privilegio judío para prestar dinero que no tienen, en forma de deuda.
Algo muy parecido a lo que está ocurriendo actualmente: de ahí la pertinencia de este dato.