Pues ayer presentaba el libro que marca el comienzo de una nueva etapa de mi vida (y de mi carrera como «yanosécómollamarlo») y habéis de saber que antes de salir de casa uno tiene que decidir cuántos libros se lleva: ¿me llevo muchos, me llevo pocos? ¿Estaré siendo muy optimista? ¿Le interesará a la gente el tema? ¿Me estaré adelantando demasiado al sacar este libro sobre el Nuevo Mundo? (Me llevé 30 y estuve a punto de dejar algunos en casa, pero al final confíe en mi primera intuición y seguí así).
Todas esas dudas salen a la luz cuando llega el momento de la primera presentación de «Principios para el Nuevo Mundo: la Ruta hacia el paraíso» y venían a mi cabeza al recorrer el paseíto que tenía hasta el lugar donde tendría lugar.
Lo que me encontré fue una afluencia de gente como nunca había pasado en mis presentaciones en Madrid (cerca de 80 personas) y, claro, con ese apoyo, «me vine arriba» y, con la ayuda de Carmen París, yo creo que que quedó una de las presentaciones más emocionantes de todas las que he hecho.
Sobre todo, porque en esta ocasión, como sabéis, me pongo a imaginar el mundo que vamos a crear. A ver realizado el sueño, el Milagro, la utopía.
¿Lo recibiría la gente con agrado? ¿Lo creería?
Pues la respuesta fue un rotundo sí. Las caras y miradas de la gente y sus comentarios me dejaron con la convicción de que el Momento ha llegado y que el hecho de haber elegido esa fecha (sin saber que la manifestación de Podemos estaba convocada para el mismo día) ocurrió porque así estaba destinado a ser (estuve barajando diferentes fechas anterior y por variadas razones lo fui retrasando).
El éxito fue tan grande que es posible que adelante las presentaciones de este libro (que iba a coincidir con el siguiente) porque me he dado cuenta de que la gente está preparada para plantearse la utopía… en serio.
Así que me voy a Mallorca con un plus de energía para esa gran cita junto a Félix Rodrigo Mora, Salvador Freixedo, Jose Pàmies y Elipidio Silva en la que vamos a proponer soluciones para un mundo mejor. ¡No os lo perdáis!
Bueno, pues lo bueno de las presentaciones es que luego me quedo hablando con los asistentes, con la gente que sigue la web (con vosotros, vaya) y de esa manera tomo el pulso a la realidad, a la evolución de las personas.
Y me quedé maravillado de la evolución de algunos ya viejos colaboradores «conspiranoicos» que están encajando las piezas del puzzle con una claridad mental que me hace proclamar que «se están iluminando». Y como les dije a más de uno, es lógico: aquel que se ha atrevido a mancharse «de mierda» accediendo a la información más desagradable, ahora el efecto rebote va a hacer que se eleve a lo más alto. Que se ilumine.
Muchos vais a ser faros de vuestras comunidades cuando toda la Verdad estalle por completo. Y tendréis que manejar toda esa energía.
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Me levanto por la mañana exultante, comenzando a sentir el camino de salida de la prisión en la que vivo desde hace 15 años y pienso en llamar a mi madre para contarle el éxito de ayer: antes de marcar el número, repaso mentalmente las sensaciones de ayer y las regurgito, las saboreo antes incluso de encender la luz del lugar donde tengo el ordenador… ¡Y pega un zambombazo tal, que la bombilla se parte y queda el casquillo seccionado!
El asunto es que todas las luces han dejado de funcionar y me tengo que ir a la sección de los fusibles para arreglarlo.
Por supuesto, mi madre no entendió el significado profundo del «accidente».
Ya sabéis: «en casa del herrero, cuchillo de palo».
Nos vemos en Muro, Mallorca, en una semana. Entrad en www.sideuvol.com para verlo por Internet. Algo grande va a suceder.