Historia oculta — 12 febrero, 2015 at 1:39 pm

Costumbres que prueban que los gitanos son una de las tribus perdidas de Israel

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Uno de los grandes misterios que quedaban por resolver.
Hace tiempo que venía dándole vueltas a esta idea pero me resultaba demasiado descabellada. Los elementos que me hacían sospechar esto son: los gitanos (como los judíos) se rigen por su propia ley y no se asimilan a los payos (goyim); respetan sus tradiciones por encima de la sociedad en la que viven (como los judíos); la ley natural; viven del comercio y no les suelen gustar los trabajos manuales; estuvieron en la antigüedad en Egipto pero no se asimilaron; son nómadas y, por último… su nariz. ¡Es igual! (El diferente tono de la piel se explica por la estancia de los gitanos en la India, donde indudablemente se mezclaron con otras castas pobres).
Ha sido el mallorquín Enric el que me ha animado a indagar… y me he encontrado con este excepcional artículo que indaga en las diferentes teorías sobre el origen de los gitanos y que acaba con los siguientes párrafos que me parecen concluyentes. Tan concluyentes como definitivas, a mi entender.
Por su importancia, copio esos párrafos del investigador Sandor Abraham. Si esto fuera cierto, los judíos y los gitanos serían el perfecto yin y yang.

Las evidencias

Hay evidencias irrefutables que conciernen al pueblo rom, las cuales proveen la clave para descubrir su verdadero origen y permiten elaborar una trayectoria histórica factible. Aquí presento algunas de ellas.

Credo

Las creencias gitanas muestran las siguientes características:
·Estricto monoteísmo, sin el mínimo indicio de algún pasado politeísta o panteísta.
·El carácter muy personal de Dios, Quien es accesible y con Quien es posible dialogar e incluso discutir (concepción hebraica) – no es inaccesible como Alá ni tampoco relativamente accesible como en el cristianismo, que necesita de un Mediador para tener un contacto personal con Él.
·La existencia de un mundo espiritual que consiste en espíritus puros e impuros (concepción hebraica), que representan el bien y el mal y luchan constantemente – éste concepto es originalmente hebraico, pero con una marcada influencia zoroástrica que es el resultado natural del exilio asirio/babilonio/persa y que se ha desarrollado en la misma forma que el judaísmo cabalístico, mostrando una evolución contemporánea de la espiritualidad gitana y del judaísmo místico, en el mismo ambiente geográfico.
·La creencia en la muerte como un pasaje definitivo al mundo espiritual (concepto hebreo). No se encuentra el mas mínimo indicio de la idea de la reencarnación.
·La persona fallecida es impura durante su viaje al reino de las almas (concepto hebreo), y todas las cosas relacionadas con su muerte son impuras, como también lo son sus parientes durante el período del luto (concepto hebreo). Mayores detalles en el tema siguiente, «marimé».
·El destino final del gitano después de la muerte es el Paraíso, mientras que los gaché pueden ser redimidos y acceder al Paraíso si han sido buenos con los gitanos – una idea similar al concepto judío de «justo entre los gentiles».

Éstos parámetros de fe van mas allá de la religión «oficial» que los gitanos puedan profesar. Generalmente hay elementos adicionales que pertenecen a la confesión adoptada, los cuales expresan en modo pintoresco y observan con gran respeto, como por ejemplo la «pomana», una práctica ortodoxa, y otras ceremonias. También hay particulares complementarios de naturaleza supersticiosa, todos los cuales tiene su origen en el culto del fuego de la antigua Persia. Algunos son válidos al interno de la sociedad gitana, como por ejemplo tener siempre el fuego encendido en casa, día y noche, invierno y verano (una tradición que mantienen las familias mas conservadoras, mientras en general está evolucionando hacia el uso de un fuego «simbólico» como la televisión, siempre encendida aunque no la esté mirando nadie). Otras costumbres se practican sólo externamente, como la adivinación, lectura de las manos, tarot, etc. en cuyos poderes particulares los gitanos no creen pero los usan como medio de ganancia en el mundo de los gaché. Ésto fue aprendido de los magos y alquimistas de Persia.
Hay fundados motivos para pensar que los rom eran ya cristianos desde el primer siglo e.c., es decir, antes que llegaran a la India o durante el primer periodo de su estadía en ésa región, y es la razón por la cual no adoptaron ningún elemento hinduista en sus creencias. Resulta que los rom estaban bien informados acerca del cristianismo cuando llegaron a Europa, a pesar de no haber tenido la posibilidad de leer la Biblia. Hay algo misterioso en la espiritualidad gitana que en las últimas décadas los ha llevado a un acercamiento genuino hacia los movimientos evangélicos (la forma del cristianismo más cercana al judaísmo, sin santos ni culto de imágenes) y en éste periodo muchos gitanos están dando un paso sucesivo hacia el judaísmo mesiánico. No existe ningún otro pueblo en el mundo que haya experimentado un tal número de conversiones, casi en masa, en tan poco tiempo. El hecho interesante es que éste fenómeno no es el resultado de obra misionera sino que se ha manifestado en modo espontáneo y autónomo (efectivamente, los gaché difícilmente se habrían atrevido a evangelizar a los «gitanos», devotos a las artes ocultas y la magia, según los comunes prejuicios). Contra toda probabilidad lógica, gitanos de distintos países y casi contemporáneamente, sin conocerse ni comunicarse entre ellos, comenzaron a leer la Biblia y formar sus propias comunidades evangélicas. Ahora existe la actividad misionera, pero es desarrollada por los gitanos mismos y dirigida al propio pueblo. Ésto se explica sólo considerando que existe una herencia atávica que es un factor especial de la espiritualidad romaní. La mayoría de los rom ahora están abandonando prácticas ancestrales originadas en el culto del fuego y otras prácticas prohibidas por la Toráh, como la pomana, la adivinación y otras cosas.
Una conjetura factible (aclaración: una conjetura) puede ser que el primer acercamiento hacia el cristianismo tenga que ver con los bíblicos «magos de oriente» que fueron a adorar al infante Yeshua de Natzareth; evidentemente no eran simplemente adoradores del fuego persas, sino personas que esperaban en la promesa mesiánica de Israel, por lo tanto, israelitas del antiguo Reino de Samaria que en ése tiempo estaban ya completamente inmersos en el culto zoroástrico, sin embargo esperando la redención del propio pueblo. Documentos históricos señalan que en el siglo I e.c. hubo conversiones en masa en Asiria, donde los apóstoles fueron enviados a buscar las «ovejas perdidas de la Casa de Israel», y muchos habitaban precisamente en ésa región. Otros apóstoles llegaron a la India. Un hecho curioso es que los israelitas recientemente descubiertos en la India son cristianos, no hindúes o de otra religión. La completa ausencia de elementos hindúes en la espiritualidad romaní debe tener un significado.

Las leyes rituales, «marimé»

El concepto gitano de «marimé» equivale a la forma negativa del concepto judío de «kosher»; el primero indica impureza ritual, el segundo se refiere a la pureza ritual. Aparte de ésta diferencia de punto de vista, la esencia es la misma (es como decir si la copa está media llena o media vacía). Lo que para un rom es marimé, no es kosher para un judío, por lo tanto ambos tomarán las medidas necesarias para no ser contaminados, o si se refieren a una contaminación inevitable o indispensable, ambos seguirán ciertas reglas para purificarse. De la misma manera que lo es la kashrut en el judaísmo, las leyes que regulan el marimé son un valor fundamental en la sociedad romaní y determinan los límites del ambiente social y espiritual, y condicionan sus relaciones con el mundo exterior (la sociedad gachí).
Los Rom clasifican todas las cosas en dos categorías: «vuzhó» (=kosher, puro) o «marimé» (impuro). Ésta clasificación concierne primeramente al cuerpo humano, pero se extiende al mundo espiritual, a la casa o campamento, animales y cosas.
·El cuerpo humano: las reglas que atañen a las partes del cuerpo que deben ser consideradas impuras son exactamente las mismas que encontramos en la Toráh (Ley de Moisés), en Levítico cap. 15. En primer lugar, los órganos genitales, porque trasmiten flujos desde el cuerpo interior, y la parte inferior del cuerpo, porque está debajo de los genitales. La parte superior externa del cuerpo es pura, la boca en primer lugar. Las manos tienen un carácter transitivo porque deben ejercitar actos puros e impuros alternativamente, por lo cual deben ser lavadas en un modo particular, por ejemplo si uno debe comer después de haberse puesto los zapatos o levantado de la cama (que es impura porque está en contacto con el cuerpo inferior). Cuando las manos han sido contaminadas, deben lavarse con un jabón separado y secarse con una toalla separada para tal fin. Distintos jabones y toallas se deben usar siempre para las partes superior e inferior del cuerpo, y no pueden ser intercambiados.
·Ropas: se deben distinguir para ser lavadas separadamente, en distintos recipientes asignados para cada categoría. Los vestidos impuros se deben lavar siempre en el recipiente marimé, y los vestidos puros a su vez se separan de los manteles y servilletas, pues van sobre la mesa y tienen su propio recipiente. Los vestidos del cuerpo superior y de los niños se lavan en el recipiente vuzhó, los del cuerpo inferior en el recipiente marimé. Todos los vestidos de la mujer son impuros en el período de las menstruaciones y se lavan con los artículos marimé. El único pueblo que aplica éstas reglas para lavar aparte de los gitanos son los judíos.
·El campamento: antes de la reciente urbanización forzada, el hogar romaní era el campo mas bien que la casa. El campo goza de la categoría de pureza territorial, por lo cual las necesidades fisiológicas se deben hacer fuera del mismo y de las inmediatas cercanías (o eventualmente, los servicios higiénicos se construyen fuera del campo); éste es un precepto judaico (Deuteronomio 23:12). También la basura se debe arrojar a una distancia aceptable del campo.
·Nacimiento: el nacimiento de un niño es un evento impuro y debe ocurrir, cuando es posible, en una tienda aislada apenas fuera del campo. Después del nacimiento, la madre es considerada impura por cuarenta días y sobre todo la primera semana: ésta regla es exclusivamente mosaica, establecida en la Toráh – Levítico 12:2-4 -. Durante ése periodo, la mujer no puede tener contacto con cosas puras o realizar actividades como cocinar o presentarse en público, especialmente en presencia de los ancianos, y no puede asistir a servicios religiosos. Le son asignados platos, tazas y utensilios exclusivamente para ella, los cuales se descartan pasado el periodo de purificación, asimismo los vestidos y la cama que ha usado se queman, y también la tienda donde ha habitado durante esos 40 días. Ésta ley es completamente desconocida para todos los pueblos excepto gitanos y judíos.
·Muerte: como prescribe la Ley judaica, la muerte de una persona comporta impureza ritual para todos los familiares y todas las cosas que hayan sido involucradas en ése momento. Toda la comida que había en la casa del fallecido debe ser desechada, y la familia es impura por tres días. Se deben observar reglas particulares durante esos tres días, como lavarse sólo con agua para no hacer espuma, no peinarse ni afeitarse, ni barrer, ni hacer hoyos, ni escribir o pintar, ni tomar fotografías, y muchas otras cosas. Los espejos deben ser cubiertos. El campamento donde ocurrió la muerte es abandonado y trasladado a otro lugar, o la casa se vende a los gaché. El alma del difunto se cree que vaga por tres días para purificarse antes de llegar a su habitación final: ésto no está escrito en las Escrituras Hebreas, pero es una idea común entre algunas corrientes místicas del judaísmo. El concepto que establece que el contacto con el cuerpo muerto implica impureza no se encuentra en ninguna tradición si no sólo en la Biblia (Levítico 21:1). Así como está prescripto en la Ley Judaica, también entre los rom es obligatorio que el cuerpo sea sepultado y no puede ser quemado.
·Cosas: pueden ser marimé por naturaleza o por uso, o ser contaminadas por circunstancias accidentales. Cualquier cosa que entre en contacto con la parte inferior del cuerpo es impura, como zapatos, sillas, etc., mientras las mesas son puras. Las reglas que conciernen éstas leyes son descritas en Levítico 15 y otras Escrituras Hebreas.
·Animales: los gitanos consideran que los animales pueden ser puros o impuros, aunque los parámetros en base a los cuales son clasificados difieren de los hebraicos. Por ejemplo, perros y gatos son marimé porque se lamen a sí mismos, caballos, asnos y todo animal de monta es impuro porque la gente se sienta sobre ellos, etc. Los animales impuros no se deben comer.
·Espíritus: los espíritus maléficos son marimé, lo cual es un concepto judaico.

Leyes matrimoniales

El noviazgo y las bodas gitanas se celebran en la misma manera que se hacía en el antiguo Israel. Los padres de ambos esposos tienen un rol esencial en cuanto a definir la dote de la novia, y las bodas se deben realizar dentro de la comunidad rom, sin participación de las instituciones gaché. En el caso en que la mujer huye con su hombre sin el acuerdo de los padres, la pareja es automáticamente reconocida como casada pero la familia del esposo debe pagar un resarcimiento a los padres de la esposa, normalmente equivalente al doble de la dote; tal compensación se llama «kepara», una palabra que tiene el mismo significado del término hebreo «kfar» (Deuteronomio 22:28-29). El pago de la dote por parte de la familia del esposo a los padres de la novia es un reglamento bíblico, exactamente el contrario de los pueblos de la India, en los cuales es la familia de la novia que debe pagar a la del esposo.
Hay un precepto particular que debe ser observado para consolidar el matrimonio, el «paño de la virginidad», que debe ser mostrado a la comunidad después de la primera relación sexual – éste precepto está escrito en la Toráh, Deuteronomio 22:15-17. Por supuesto, en el caso de parejas que huyen tal práctica carece de sentido y por lo tanto no es observada.

Comportamiento social

Así como los judíos, los gitanos asumen distintos parámetros de comportamiento para las relaciones con su propia gente y para la interacción con los extraños, de modo tal que se puede afirmar que la oposición rom/gaché y judíos/goyim son reguladas en manera muy similar, quizás idéntica en casi todos los detalles.
Siendo que los gaché no conocen las leyes que conciernen al marimé, son sospechados de ser impuros o se supone que lo sean; algunos rom ni siquiera entran en casas de gaché – la misma costumbre existía en el antiguo Israel, y todavía es practicada por los judíos ortodoxos. Los gaché que se hacen amigos de los gitanos son admitidos cuando conocen las reglas y las respetan de modo que no ofendan a la comunidad, después de haber superado algunas «pruebas» de confiabilidad. Por otra parte, las instituciones gaché se usan como «zona franca», donde se pueden realizar actividades impuras con seguridad – un ejemplo típico es el hospital, que permite evitar de montar una tienda especial para el parto.
Cortesía, respeto y hospitalidad son obligatorios entre los gitanos. Cuando se saludan cada uno debe preguntar por la familia del otro, deseando bien y bendición para todos los miembros, aunque sea la primera vez que se encuentran y en realidad no se conozcan las respectivas familias. La propia presentación incluye los nombres de los padres, abuelos y todas las generaciones que se recuerden – el nombre y apellido civiles no tienen importancia; los gitanos se llaman como en el antiguo Israel, A hijo de B, hijo de C, de la familia de los D. Ésto es común a varios pueblos del Medio Oriente, pero el modo como lo hacen los rom es particularmente bíblico.
Las causas judiciales entre rom se presentan a la asamblea de ancianos, exactamente como en la Ley Mosaica. La asamblea de ancianos rom se llama «kris», y es una verdadera Corte de Justicia, cuyas sentencias deben ser obedecidas, contrariamente la parte inobservante puede ser excluida de la comunidad romaní. Los casos generalmente no son tan serios como para nos poder ser resueltos con el pago de una multa o resarcimiento, como está regulado en la Toráh (Éxodo 21:22; 22:9; Deuteronomio 22:16-19).
Hay muchos otros aspectos que pueden ser de importancia secundaria, que de todas maneras recuerdan las antiguas costumbres y reglas israelitas. Lamentablemente, tales detalles se van perdiendo con las nuevas generaciones (como muchos se han perdido entre los judíos también) por causa del sistema de la sociedad moderna que restringe la libertad de individuos y comunidades «exóticas». Sin embargo, los sentimientos y tendencias gitanas deben ser tomados seriamente en cuenta, porque corresponden a una herencia psicológica ancestral que se ha transmitido de generación en generación, en manera subconsciente pero reclamando los propios orígenes. Por ejemplo, los gitanos no sienten absolutamente ninguna atracción hacia la cultura o la música de la India (lo que es mas, las mujeres gitanas tienen un timbre de voz bajo, en contraste con las cantantes indias; un detalle que puede ser insignificante, pero quizás no), mientras que gusta mucho entre los rom la música del Medio Oriente. En Europa oriental, la mayoría de las expresiones musicales son o judías o gitanas, y muchas veces la misma obra es atribuida o a una o a otra de éstas dos tradiciones. Las bandas de «klezmorim» han sido muchas veces compuestas de rom junto con judíos, y el jazz de estilo europeo ha sido cultivado por gitanos y judíos. El flamenco es probablemente de origen sefaradita, practicado por los judíos antes de ser expulsados de España, y luego heredado y desarrollado por los gitanos. En otros aspectos, los rom tienen una gran habilidad comercial (y si es necesario trabajar en sociedad, los judíos son preferidos) y aquellos que eligen insertarse profesionalmente en la sociedad gachí prefieren las mismas carreras que eligen los judíos (probablemente por motivos relacionados con las leyes de pureza ritual, que no permiten de ejercitar cualquier tipo de trabajo). En fin, aunque no menos importante, los gitanos hacen una distinción entre los comunes «gaché» y los judíos, que no son considerados completamente gaché sino una categoría intermedia que observa las leyes de pureza ritual y por lo tanto no están sujetos a sospechas.
(Ver también: La Ley Gitana)