Otra sincronía total. Hoy miércoles (que es cuando escribo la noticia), varias personas me habéis enviado la noticia de que se ha publicado un estudio científico que demuestra que la circuncisión genera daños cerebrales en los bebés. Como leeréis, el artículo precisa que les afecta a la hora de asumir el dolor y de manejar sus emociones.
Por supuesto, los buenos lectores de esta web os habéis acordado de mi serie de vídeos «Dinero y dios» en uno de cuyos capítulos afirmaba que el trauma de los judíos procede del pacto que hicieron con Yahvé y que se levantaba precisamente, desde la circuncisión (minuto 12 del vídeo «Psicoanálisis al pueblo judío». Creo que después de este estudio, la cosa queda meridianamente clara: la falta de empatía y la mentalidad sádica (y masoquista) de muchos judíos tiene su origen en este satánico pacto con Yahvé, que les dificulta sentir al otro. La sincronía más abajo. Mirad el minuto 12 de este vídeo.
Como digo, la sincronía ha sido completa porque horas antes de que me enviaran este estudio, un lector mejicano me envía unos párrafos del libro «Los brujos hablan» que hablan, específicamente, del pacto de Moisés con Yahvé.
Como veréis, todo encaja a la perfección.
Te hago llegar un extracto de un libro de conocimiento hermético que se llama Los Brujos Hablan, creo que te puede interesar ya que en tus videos has hablado al respecto.
De ser cierto creo que con esta información se aclararían muchas cosas que estamos viviendo desde hace muchísimo tiempo, del porque el caos que reina sobre el planeta en todos los sentidos, entender un poco más acerca del porque los Judíos dicen ser los elegidos, de la verdadera razón de la circuncisión, etc. Bueno sin más me despido para que personalmente sepas de que te estoy hablando!
Nota: Este extracto se encuentra en la página 5 de la segunda parte del libro Los Brujos Hablan.
…El causante directo, aunque involuntario de esta catástrofe que nos aflige hasta el día de hoy, fue, según consta en los anales herméticos, Moisés.
…A pesar de su identificación esotérica con la magia egipcia, Moisés siempre permaneció fiel a la sangre de sus ancestros, por lo cual su más fuerte deseo era el de constituirse en el líder que liberara a su pueblo de la esclavitud, conduciéndolo a la tierra prometida.
Guiado por este deseo, Moisés, consciente de las poderosas fuerzas que había aprendido a manejar, concibió una audaz idea: realizar un pacto o alianza mágica con un ángel, criatura divina que se encargaría de darle el poder y la ayuda del cielo para salvar a sus hombres.
Después de una larga preparación llevó a cabo, en la mas profunda soledad, la ceremonia ritual con las palabras mágicas e invocaciones correspondientes. En medio de impresionantes fenómenos atmosféricos y telúricos hizo su aparición un ser de impresionante presencia, que hizo temblar de pánico a Moisés por la tremenda fuerza que proyectaba. Jamás sabremos ni nos será posible imaginar las condiciones en las cuales se llevó a cabo el pacto entre el hombre y el cielo. El ángel accedió a todo lo que Moisés le solicitaba y prometió su ayuda, exigiendo en cambio una irrestricta obediencia. Le reveló su nombre que era Y., y le pidió que en señal de unión todos sus seguidores debían experimentar una pequeña operación quirúrgica de tipo ritual, con leve derramamiento de sangre. Todo hombre que pasaba por esto llegaba a ser hijo de Y. La sangre que se derramaba sellaba este pacto.
A partir de este día, Moisés, revestido de un poder sobrehumano comienza a realizar toda clase de actos de magia, convirtiendo en el centro de su poder al “Arca de la Alianza”. Toda clase de plagas y calamidades fueron enviadas sobre Egipto e incrédulos y rebeldes eran fulminados por la ira de Y. De esta manera el pueblo de Moisés iniciaría el éxodo que habría de durar 40 años.
Posteriormente, Y., el poder oculto tras el líder, comenzó a cambiar súbitamente su manera de proceder, empezando a formular extrañas exigencias, cuyo común denominador era el derramamiento de sangre.
Moisés, sobrecogido, empezó a darse cuenta de la magnitud del error cometido, al comprender que el “ángel divino” era en verdad “ángel de las tinieblas”, polo opuesto al de la potencia luminosa que él había pretendido evocar.
Este “ángel infernal” era uno de los integrantes de las huestes de las sombras, vampiro que para mantener su poder y fortaleza necesitaba beber sangre humana, esencia cargada de la vitalidad que otorga la chispa divina. Es por eso que a lo largo del éxodo se producen tantos incidentes de sangre, provocados por el oculto dictador.
¿Quién era realmente Y.? Digamos que era un ser muy anciano por su evolución, la cual ignoramos dónde se originó. A través de larguísimos períodos de tiempo cósmico, este ente conservó su individualidad, pero evolucionó, por desgracia, hacia el lado conceptual negativo, negro, o destructivo, como un anciano que al pasar el tiempo se hubiera ido amargando más y más hasta llegar a una concepción totalmente destructiva y negativa de la vida.
Muchos seres similares a Y., existen en el Universo. Por fortuna, las defensas magnéticas del planeta tierra constituyen para estos entes una coraza impenetrable. Sin embargo, el ritual mágico de Moisés abrió una puerta y formó la vía a través de la cual pudo penetrar Y., a la tierra.