La noticia de que los ídolos de millones de jovencitas y mujeres a lo largo del mundo, Tom Cruise y John Travolta, han sido novios desde los años 80 tiene mucho más calado del que la pequeña reseña que hice en su día pueda parecer.
Con Fiebre del Sábado Noche y Grease, John Travolta se convirtió (con el permiso de Leif Garrett) en el sex symbol de finales de los años setenta y principios de los 80, mientras que Risky Bussiness (1983), Cocktail (1988) y sobre todo Top Gun (1986) hicieron que Cruise tomara el relevo ¡precisamente! de Travolta como el hombre más deseado del cine en los años inmediatamente posteriores. (Una de sus admiradoras era una tal Penélope Cruz, que con el tiempo tendría un romance con su ídolo; habría que preguntarle a Pé si «funcionaba» o no).
Tras años siguiendo el tema, con hitos como La Conspiración del Movimiento Gay y La Historia Secreta de Hollywood, puedo hacer una auténtica genealogía de los grandes galanes del celuloide que en realidad eran mariquitas o bisexuales, comenzando por Rodolfo Valentino, continuando con Cary Grant, James Dean, Montgomery Cliff y Rock Hudson, siguiendo por Alain Delon y Gerard Depardieu hasta continuar con la saga Travolta-Cruise, el rumoreado idilio entre Nicholas Cage y su efebo Johnny Depp, los muchísimos rumores acerca de que Brad Pitt fue el toy boy de un afamado guionista cuando se promocionaba en Hollywood, para acabar con el propio George Clooney.
Nos quedarían «a salvo» el hipersensible Gary Cooper, el vaquero John Wayne y su homónimo Clint Eastwood -que participaron de las reuniones homo del Bohemian Grove-, Robert Redford y Paul Newman, Robert De Niro (cuyo padre se homosexualizó) y pocos más… (El que Dustin Hoffman hiciera de proxeneta gay en «Cowboy de medianoche» me da mucho que pensar).
¿Qué nos está diciendo esto?
Claramente lo que nos están mostrando estos datos es que la industria de los ídolos se comporta bajo el modelo ateniense de los efebos-esclavos que entregan su sexo a cambio de la promoción en el mundo de los ganadores.
El movimiento gay es el claro dominador de Hollywood.
Si no te homosexualizas, no tienes nada que hacer allí. Recordad lo que dijo el mítico Alberto Cortez.