Algún día, cuando se mida el grado de villanía, estupidez y deshumanización al que llegó la civilización actual, se colocará la imagen que estáis viendo y los comentarios que originó en los defensores del Sistema (la Prensa) y nuestros descendientes suspirarán con la boca abierta mientras musitan «¡increíble!, ¡no me lo puedo creer!».
Lo que estáis viendo es un fotomontaje realizado por «la Guardia Civil» a partir de un cartel -oficial- de esa paranoia colectiva del cambio de siglo perpetrada por la élite conocida como «violencia de género» y que consistió, básicamente, en hacer creer a las mujeres que los hombres las odiaban y las mataban… para de esta manera ambos, hombres y mujeres, no se dieran cuenta de que mientras tanto les robaban la cartera, el país.
La estupidez colectiva en base a esa paranoia que dura ya 16 años es de tal calibre que han convertido a los guardias civiles ¡en unos punks! para decir lo obvio; que hay que perseguir el Mal venga de donde venga. Sin hacer distinciones.
La colección de absurdos e inmoralidades (no distinguir el Bien del Mal) por parte de los que dicen defender el Bien son para recordarlas… dentro de unos años: «de cómo los que dicen defender la igualdad, admiten públicamente que no hay que tratar a todos por igual». «De cómo los que dicen luchar contra la violencia, admiten públicamente que sólo hay que perseguir un tipo de violencia». «De cómo los que dicen luchar contra la injusticia, admiten públicamente que sólo hay que perseguir un tipo de injusticia».
En fin, lo peor de todo es que las víctimas de la paranoia son los que están en el poder.
Marisa Soleto, en El Mundo. «Equiparar ambas agresiones es una forma de minimizar la violencia de género y ésta nunca ha sido la línea de comunicación de los organismos que luchan contra ella», apunta, antes de reiterar que «es muy grave que un cuerpo directamente implicado se desmarque de las líneas oficiales».