«¿Cuándo va a ocurrir lo que estamos esperando?», es lo que todos nos estamos preguntando, una vez que ya hasta los más apocalípticos han tenido que agachar la cabeza y reconocer que algo grande se está gestando.
Los movimientos «a plena luz del día» del BRICS forman parte ya de la información oficial y no de la información de «cuatro chalados que creen en Extraterrestres», pero la pregunta sigue ahí, ¿cuándo sucederá?
Básicamente, los programas de infraestructuras del BRICS están ya en marcha y los movimientos del bloque en torno a China y Rusia como nuevos líderes mundiales, con el oro de por medio, se suceden día a día pero, insisto, ¿podemos vislumbrar cuándo se traducirá todo esto en el ansiado reseteo?
Cómo sabéis, aparte de la ya mítica revalorización del dinar, asociada al dólar del Tesoro, se lleva comentado desde hace meses sobre la «moneda del FMI», los Derechos especiales de Giro (cuyas siglas en inglés son SDR) como divisa de transición hacia este nuevo mundo. Si recordáis, en los últimos años Estados Unidos se negaba a abandonar el derecho de veto sobre el balance entre las monedas que forman esa «cesta» que actuaría como sustituto del petrodólar y que llevaría implícita la ya conocida «reestructuración de la deuda soberana» (que Bolivia está comandando el ONU, por cierto…).
Bien, pues ahora se anuncia una reunión para la reestructuración de la bolsa de monedas del FMI para mayo de este mismo año y la confirmación de lo allí acordado en octubre de este mismo 2015 y su entrada en vigor para el 1 de enero del 2016, con la inclusión de la moneda china, renmibi, en el que tendría el mismo valor que el dólar (33%) , mientras que el euro tendría el 20%, el yen y la libra el 11%, con posibilidades para el dólar canadiense y el franco suizo. Muy posiblemente es a este reparto de poder al que se refería Fulford en su último informe. Esto es lo que se debe estar discutiendo en estas semanas en las altas esferas: los «flecos» del nuevo orden económico.
Otra posibilidad es que se incluya, también, al oro como una divisa. Ver gráfico.
Los movimientos que ha hecho China en el último año, internacionalizando su moneda (y desligándola del dólar) tienen que ver con la preparación para este evento y, por supuesto, con la liberación de los fondos de prosperidad mundial, que de hecho han comenzado a fluir en forma de infraestructuras. El «timing» de la aparición del código SWIF ruso-chino (octubre 2015) es vital para saber cuándo comenzará el baile; la web de la que extraigo los datos afirma que la desaparición del avión malayo del año pasado fue catastrófico para este proceso porque dentro del mismo iban 14 expertos en el área de las comunicaciones que, al parecer, estaban implicados en el desarrollo de esta tecnología.
En octubre, el techo de la deuda del gobierno USA se alcanzará y, por tanto, sería una buena oportunidad para China. (Por cierto, ayer gran apagón en Washington… ¿tendrá algo que ver? ¿habrá sido provocado como los de Turquío, Holanda y el avión de Germanwings).
Por otro lado, como vengo comentando, el proyecto de un tren bala Moscú-Pekín es la prueba de que esto va en serio. O el FMI se une, o será barrido por el Banco de Infraestructuras del BRICS.