El señor Hodges asegura que su objetivo eran líderes sindicales, activistas políticos pero también artistas que supusieran un peligro para el estado: todo ello por cuenta de la CIA.
Mr Hodges ha confesado que los 37 asesinatos que cometió en suelo americano fueron por orden de su superior, el Mayor James Hayworth, y Marilyn Monroe fue la única mujer a la que asesinó, según él mismo, porque se había acostado, entre otros, con Fidel Castro y podía haber revelado secretos de estado.
Hodges fue entrenado en explosivos y artes marciales para asesinar a estos «enemigos del estado» y que las muertes parecieran accidentes.
El FBI está estudiando sus alegaciones aunque el cuarteto restante de su equipo, que podría colaborar su versión, ha muerto ya.
Nuevamente, acertamos.