Ayer mismo, pensaba escribir un artículo titulado «En el nombre de Cristo, ¿en qué creen los cristianos?» en el que me preguntaba por las creencias de esos 4 o 5 millones de españoles que se dicen cristianos y todavía, tras demostrarles que el partido que se dice cristiano les roba con total descaro, piensa votarles.
Me quería preguntar por el papel de los obispos y los curas al permanecer impasibles ante esta realidad que mantiene al pueblo español oscurecido, humillado, sojuzgado, y lo que pensaría el indomable Jesús de Nazaret cuando una cohorte de eunucos utilizan su nombre en vano.
Como digo, quería escribir hoy ese artículo de denuncia, pero no he podido. Porque han salido las cifras de ventas y difusión de la prensa española del pasado mes de marzo.
Y nos hemos quedado atónitos.
No por la continua e inexorable bajada de los tres primeros, que confirma el paulatino despertar del pueblo español (El País: 143.000; El Mundo, 96.000 y ABC, 76.000), sino porque, de repente, el diario más recalcitrantemente progubernamental, que está silenciando los continuos casos de corrupción, La Razón, ¡ha crecido un tercio y ha superado a ABC y El Mundo, llegando a 102.000 ejemplares!
Es algo tan increíble que cabe la sospecha de que las cifras sean erróneas.
Pero suponiendo que sean ciertas, a nivel sociológico nos ofrece una radiografía ciertamente lamentable de ese tercio de la población española que se dice «católica» y que, lisa y llanamente, ha decidido dar la espalda a la realidad.
Encerrarse en sí misma y permanecer en la mentira, a salvo de cualquier modificación de la realidad. Por eso, un cieto sector de la derecha ha dejado de comprar ABC o El Mundo y se han pasado a La Razón: el último reducto.
Las cifras de ventas del diario La Razón de este mes es uno de los sucesos más increíbles de la historia reciente de España, sin duda, y uno de los ejemplos más claros de la indignidad de una colectividad.
PD: Una de las cosas más increíbles que podrían pasar en este país es que el diario La Razón acabara igualando a ¡El País! Estamos en esa tendencia, no te creas.