Políticos de un bando y de otro discutiendo si la crisis se ha acabado o no (en base a las estadísticas del propio Estado y lo que cuentan los periódicos subvencionados por el mismo); ¿de qué discuten?
Discuten sobre la Realidad, sobre si hemos salido de la crisis o no.
Científicos discutiendo si la energía libre es posible. ¿De qué discuten?
Acerca de lo que es real y lo que no.
Lo mismo sobre los extraterrestres, claro. Y sobre la construcción de las pirámides. Y sobre la influencia de la psique en la enfermedad.
Pero llevadlo al terreno personal y os daréis cuenta de que cuando discutís con amigos o jefes, discutís sobre lo que es real y lo que no. Sobre si lo que dice uno describe mejor la realidad o peor.
Todas las discusiones giran en torno a la Realidad, y de eso, precisamente, van estos tiempos que vivimos. De vivir en otra realidad, de comprender la realidad de otra manera.
Obviamente, cuando uno controla todos los medios de comunicación que dictan lo que es real y lo que no… esa persona (o conjunto de personas) tiene bajo su control a todos esos seres, por la sencilla razón de que ellos les dirán lo que es o no posible.
¿Qué conseguirán?
Que voten a quien ellos quieren, obviamente.
¿Cómo distinguir lo que es real de lo que no?
Realidad y Verdad son conceptos tan cercanos que llegan incluso a convertirse en casi sinónimos (véase, las palabras «real» y «verdadero»). Algo es más Verdad cuanto más explica la Realidad y algo es más real, cuanto más Verdad que contenga.
De manera que una «realidad» basada en la mentira (o que no crea en la Verdad, como oficialmente ocurre con nuestra sociedad actual) sólo se la podría considerar como tal como una manera de hablar.
El mundo en el que vivimos actualmente camina hacia una Realidad Verdadera; es decir, que explica la realidad, a diferencia de la que proponen los medios oficiales que, por tener encomendada la labor de defender la realidad oficial, ven cada vez más limitados las noticias que pueden dar, mientras que la gente en Internet las comparte y las acaba convirtiendo en noticia ¡sin su concurso!
Ejemplos.
¿Sabéis cuántos medios de comunicación españoles dieron el notición del noviazgo entre Tom Cruise y John Travolta? ¡Uno! Obviamente, replicar esa noticia nos acerca a la conspiración gay y como eso es tabú…
Lo mismo con las flagrantes y cada vez más evidentes pruebas de que Israel y Arabia Saudita dirigen a los terroristas wahabistas. Una Verdad que se expande y se expande… y hace que la realidad en la que se mueven los medios (el oxígeno que les da la vida) se vaya reduciendo más y más.
La consecuencia es la continua e imparable pérdida de lectores y compradores de los periódicos.
El diario El Mundo, que despidió a Pedro J. Ramírez y lo sustituyó por García Abadillo ¡reemplaza a éste en un sólo año! (Su sustituto, David Jiménez, es un brillante periodista, de los pocos que merecen la pena en este país).
Ya ni recuerdo las veces que ha cambiado de tipografía y diseño El País en los últimos años (pero han sido unas cuantas); dando palos de ciego para reposicionar una nave que se queda sin Realidad de la que hablar, el lunes volverá a cambiar su diseño, mientras sigue cerrando delegaciones locales y se vislumbra, también, la patada a Antonio Caño, el director elegido por el Bilderberg Cebrián hace poco tiempo. (Ah, y vuelven a publicar un suplemento como «Tentaciones» ¡que se publicaba hace 11 años!).
¿Entendéis que si la Realidad no va unida a la Verdad acaba siendo defenestrada?