Eran personas pulcramente vestidas, de apariencia impoluta y misa diaria, a las que el pueblo respetaba por esa misma digna apariencia.
Hasta que comenzaron a aflorar sus vergüenzas de saqueadores de lo público, el pueblo despertó y los otrora dignísimos señores comenzaron a mostrar lo que había debajo de esas caretas…
El otro día, en el Parlamento andaluz, donde la firme convicción de los nuevos partidos políticos de apartar de la política a «la guardia personal de Felipe González» que saqueó las subvenciones ha hecho que las simulaciones y teatros de los políticos socialistas saltaran por los aires, muchos han comenzando a ver la realidad de lo que se esconde tras estos dignos señores y señoras. Gritos de «No tienes ni puta idea» y avisos mafiosos de «esto es solo el comienzo» contra la diputada de Podemos, Teresa Rodríguez, son indicativo de que la presión de la Justicia está haciendo que los mafiosos que nos gobiernan empiecen a mostrar la realidad de su alma.
Hace sólo dos días, el ex presidente de Alianza Popular (precedente del Partido Popular) amenazó a una periodista de Cadena Ser con la estabilidad de su puesto de trabajo si no sigue las consignas de Mariano Rajoy.
No, estas cosas antes no pasaban: estas cosas suceden cuando los monstruos psicópatas entran en pánico porque vislumbran el final de su engaño, y la careta ya no se aguanta sobre su hocico de cerdo.
Es por culpa del sudor…